Me uno al club de cedila, karramarro13 y marcelus. Y como no puedo añadir mucho a lo que ya se ha escrito, os dejo una carta al director que envió el otro día mi hermano al periódico (también envió otra carta al presidente de la mancomunidad de transporte urbano, que le contestó satisfactoriamente: le han dado un aviso firme al conductor del autobús).
AL CONDUCTOR DE LA LINEA 4
El lunes 17, a las 17.40 horas, nos encontramos en la carretera. Yo subía la cuesta de Beloso en mi bicicleta, y tú lo hacías conduciendo tu autobús articulado. Me anticipaste tu presencia con fuertes bocinazos que yo creí dirigidos a otro, pues soy de esos ciclistas que dan facilidades circulando pegadito al bordillo. Al situarte a mi altura me dijiste, con gestos, que circulara por la acera y te dejara a ti el asfalto. Yo te respondí, también con gestos, que no. La respuesta no te satisfizo, así que seguiste adelante asegurándote, eso sí, de que me llegaba claro el mensaje. Apuraste tanto el adelantamiento que casi me sacas a la fuerza del asfalto. Tuve que detenerme y echar pie a tierra para evitar daños mayores. ¿Una amenaza?
Partes de un equívoco, que ya anticipé en carta al director publicada el 23 de agosto pasado en este medio: "La renuncia a utilizar las aceras ciclables provoca a menudo el infundado enfado de algunos conductores, que entienden que la existencia de tales aceras ciclables obliga a los ciclistas a hacer uso de ellas. Y no es así".
En realidad la cuesta de Beloso no cuenta con carril bici. Sí con una acera por la que, según las ordenanzas municipales, está permitida la circulación de bicicletas. ¿El motivo? Evitarles a los ciclistas sustos como el que me diste tú. Pero dado que no se trata en realidad de un carril bici, nada obliga a los ciclistas a hacer uso de ella en lugar de circular por la carretera. ¿Por qué yo no la utilizo? Sencillamente, por respeto a los peatones. Considero que la citada acera no reúne las condiciones suficientes para que las bicicletas puedan circular sin suponer una molestia para ellos. Y soy tan masoca que prefiero ser molestado (por ti y otros como tú) antes que molestar (a los peatones).
Así que, dado que la ley me asiste, te guste o no seguiré circulando por Beloso por la calzada. Confío en que tras la lectura de estas líneas abandones la idea de que la carretera es tuya, y aprendas a compartirla no sólo con otros vehículos a motor, sino también con las bicicletas. Si por el contrario persistes en tu actitud y vuelves a poner en peligro mi integridad física, me veré obligado a hacer lo que debí haber hecho el pasado lunes: tomar nota de tu matrícula y presentar la correspondiente denuncia. La publicación de la presente carta, es decir, la constatación de que hubo reincidencia y no fue, en consecuencia, un accidente, será mi mejor prueba.
Gracias por tu atención.
¡Bici, bizi, vici!