De Barakaldo a Bakio. Por la costa.
En los primeros kilómetros, a pesar de rodar por terreno conocido me sentí un poco inseguro. Las alforjas cargadas y la bolsa en el manillar cambian el comportamiento de la bici. Pero es algo a lo que te acostumbras con bastante rapidez. Sobre todo cuando estás en movimiento. En las paradas me ha costado más. Me he llevado algún sustillo cuando por ejemplo vas sacar una foto, pones los dos pies en el suelo y sueltas las dos manos creyendo que la bici está controlada entre tus piernas. Y es entonces cuando la bolsa del manillar lo gira brúscamente y todo el peso de la bici se va de golpe a ese lado.
Esta primera etapa tenía previsto terminarla en Bakio pero, como no las tenía todas conmigo, no reservé alojamiento con antelación. Cuando llegué a Armintza (la mitad aproximada del recorrido) vi que la cosa marchaba bien y llamé para hacerlo. Excesiva cautela? Falta de confianza en mí mismo? Sin duda. Pero es lo que hay.
Otra cosa en la que me veo como el novato que soy es en la dificultad que tengo para integrar la ruta en una especie de paquete mental. No sé si voy a ser capaz de explicar bien esta reflexión. Supongo que los viajeros experimentados sabéis a lo que me refiero. Cada vez es mayor la información a nuestro alcance de un recorrido cualquiera. Podemos saber su distancia y su perfil exacto, el estado y la anchura de las vías, su tráfico, si se prevé lluvia o viento, su intensidad y dirección,... Pero toda esa información es solo ruido si no consigues integrarla en tu situación personal del momento. Tu frescura o tu cansancio, tu estado de ánimo, tu entusiasmo, tus miedos,...Vamos, que un satélite te puede decir exactamente en qué coordenadas estás, un dispositivo te va a decir los kilómetros que has recorrido y los que te quedan, el reloj te da la hora y una app te dice el tiempo atmosférico que te espera. Pero, por poner palabras al concepto, creo que no es lo mismo saber dónde estás a dónde te encuentras. Lo primero es fácil. Pienso que lo segundo requiere además de autoconocimiento y experiencia.
Intuyo también que en este viaje inicático he llenado las alforjas con bastantes más cosas de las necesarias. Me hice una lista que creí"fantástica" en una hoja de cálculo pero todavía no me he decidido a revisarla para ir borrando lo que sobra. Y no lo hago porque sé que la cosa no va a ser tan fácil. La frontera entre lo "necesario" y lo "superfluo" es difusa y me temo que, un viajecillo de dos días, es insuficiente para delimitarla.
Los datos, una descripción más pormenorizada del recorrido y el álbum de fotos general se pueden ver en la ruta subida a wikiloc.
Aquí va el enlace y unas pocas fotos más (con la bicicleta como protagonista la mayor parte de ellas).