Pues ahí está el asunto. Como tengamos que reparar en ruta, tenemos un problema. Esa es una de las cosas que no me gustan de los tubeless. Reparar un pinchazo no es complicado. Incluso podemos reparar una raja sin desmontar la cubierta. Pero si destalonas, la cosa se puede complicar bastante. Además, las pequeñas variaciones que se dan durante el proceso de fabricación o los tiempos de almacenamiento, junto con la exposición al sol y algún otro factor, pueden hacer de una reparación sencilla, una auténtica pesadilla.