Lo más jodido es montar y desmontar sin volcar, si vuelcas ya no tiene gracia para tí, los que miran se ríen un montón los muy cer.os y para ellos tiene mucha gracia, al que vuelca y se da el remojón no le hace ninguna gracia, a aparte de que se pierde todo lo que no esté atado y metido dentro de botes o bolsas estancas y una de las cañas de pesca se suele romper, justamente la que más te gustaba, pues eso, se rompe, por no hablar de la caja de gusanos que pensabas utilizar de cebo o los trozos de sardina que con tanto mimo y dedicación habías salado y cortado en casa la noche antes de la salida, si no había mucha profundidad puedes recuperar algo, pero la mayoría se va flotando o se queda en el fondo.
La pala, lo que utilizas para remar, tiene que estar atada a tu chaleco o al kayak, para que no se aleje flotando tu único medio de propulsión en el agua, no, con las manos no puedes moverte, ya que se puede hacer muy poco mientras ves como tu pala se aleja de tí impulsada por alguna fuerza maligna, si la llevas atada, un tironcito de la cuerda, perdón, del cabo y la recuperas con gran alivio por tu parte y como seguramente comprobarás el primer día que te pase, porque pasar te pasará, la incógnita es cuando y que momento elegirá tu pala para coger vida propia y darse un chapuzón. Así que ya sabes, hay que practicar la subida y bajada del kayak, que por cierto, mientras lo trasladas hasta el agua te parecerá un mastodonte y pensarás en si no hubiera sido mejor coger el otro modelo más pequeño, no te preocupes que ese pensamiento pasa cuando lo echas al agua, compruebas que flota y te das cuenta que es una merdecilla en la que te vas a montar y todo te parecerá pequeño excepto la inmensidad del agua, tranquilo que ese pensamiento dura poco, cuando empiezas a remar te concetras en el remo, en no mover mucho el culo y que los brazos hagan su papel hasta los hombros, que es todo lo que se tiene que mover hasta que le cojas el tranquillo y consigas que el aparato en el que vas montado navegue en línea recta sin importar de que lado hayas dado la palada, los de timón y quilla van muy bien para esto, para navegar recto, si son de fondo plano como el mío, que no lleva ni una puñetera quilla se gira en cada palada y cuanto ma´s quiero correr, él más se gira, pero aprenderás a dirigirlo rápido, no te preocupes, es como montar en bici, después de la primera pedalada ya es todo más fácil, sólo acuerdate de no moverte mucho cuando estés arriba. Gafas de sol y gorra o sombrero también te harán falta y crema solar para los brazos como en la bici, en un pantano no sé, pero en el mar el sol pega de lo lindo y las gafas de sol son casi obligatorias, eso sí, con una cuerda o gomita que las sujete en su sitio por si vuelcas y las ves hundirse. Algo de beber llevate también, la comida no es tan importante pues no se puede aguantar tanto como para tener hambre, al menos los primeros días que sales a navegar, después si, un bocata no estaría de más llevar contigo, pero ya sabes, en una bolsa o bote estancos por si al bicho le da por darse la vuelta. Yo voy en un SUP, creo que se llama, de esos que si entra agua se va por unos agujeros que tiene y las piernas van al aire, no veas como cogen bronce, la ralla del culotte desaparece rápido y la piel coge un tono entre gamba y langostino cocidos por el sol en los primneros días, después ya es de un color uniforme bronceadito muy chulo.
Pues ya no se que más decirte, ah, bueno si, avisarte que la parte de arriba de los hombros y los brazos te van a doler un poco hasta que se acostumbren a remar, son agujetas, no pasa nada, a los dos días desaparecen pero al día siguiente de la travesía estás que hasta levantar la cerveza te duele, esto creo que es lo peor, los dos dias después de haber remado con tu nuevo kayak, que por cierto, que lo disfrutes. 😂😂😂😂