Es cierto que el calzado ciclista con calas puede obligarte a acarear otro calzado extra... pero también es cierto que eso dependerá de dos cosas, una la época del año en que decidas viajar, y la otra, la forma en que se va a regresar tras finalizar el viaje... claro, yo me refiero a un viaje de varios días, pero si la idea es la de viajar durante varios meses... a lo mejor esta solución que yo usé no será la más idónea.
Cuando hice el camino de santiago de Madrid a finales de Junio de 2011, en esas fechas, el frio o las bajas temperaturas ya no son algo que te pueda quitar el sueño por las noches, ni producirte quebraderos con la ropa por el día... o al menos no debería.
Desde un principio yo lo tuve muy claro, el tema del calzado tenía que ser el justo y necesario para aligerar peso, pero mayormente para reducir el volumen en las alforjas, y más teniendo en cuenta que con unas chanclas, a partir de mediados de junio ya puedes usarlas como alzado de calle.
Por ello opté por llevarme dos juegos de chanclas, una de esas que se sujetan entre los dedos de pies... éstas chanclas las usaría solo para ducharme en los albergues.
Como calzado de calle me llevé otras chanclas, pero de esas en que se sujetan por encima del pie... tampoco tenía intención de ir muy lejos andando... quizás darme una vuelta cuando llegaba a destino, o para ir a cenar a alguna terraza... y poco más. Las visitas a lugares las solía hacer sobre la marcha, y con el calzado de calas.
Por último, pensando en el calzado para regresar a casa desde Santiago, la idea de las chanclas no me pareció la mejor opción... aunque podría haber regresado con chanclas sin problemas. Lo que hice fue llevarme las tapas que me vinieron montadas en las zapatillas Shimano que unos meses antes había comprado. éstas tapas te permiten convertir las zapatillas con calas en calzado de calle, claro, para ello hay que retirar primero las calas, y con los mismo tornillos que sujetabas éstas a suela de las zapatillas, sujetar las tapas, de es manera el calzado adquiere más flexibilidad y permite caminar sin problemas... no llega a proporcionar la flexibilidad de un calzado real de calle, pero puedes caminar sin problemas largas distancias. Regresé a casa con las misma zapatillas que me habían llevado pedaleando hasta santiago.
Claro, para poder usar el calzado ciclista como calzado de calle, éste debe de tener una suela con cierta flexibilidad... como puede ser unas zapatillas SPD para trekking, porque también tengo un calzado ciclista tipo calzado de carretera, pero para calas SPD, y son incomodísimas para caminar, ya que tiene una suela rígida que no permite la más mínima flexión de la suela, por lo que a la hora de caminar con este calzado... me siento como un pato je je je