..¡ que calor ! apretaba el sol desde lo mas alto, por la mañana vi amanecer mientras pedaleaba, miraba el orto, ¡ cuánta belleza ! Sol naciente, imponente emergiendo de la tierra, anaranjado fuego salpicando luz, vida y color a mi rededor, se elevaba en cada segundo, en cada pedalada.
Mi frente, mis brazos, mis piernas ya plata por el agua de mis poros, me envuelve, me hace sentir vivo; no dejo de observarlo, atravieso arrozales, casas de madera en mitad del agua con sus barcas , con sus kebari preparados, hoy como ayer, toca alimentar a la familia y hoy como ayer saldrán a pescar, a plantar arroz o cortar palma ¡ que se yo ! ¿ cómo será la vida ahí dentro, cómo será vivir aquí y así, cómo será … ? hay familias, las mujeres las primeras, ellas despiertan con los primeros rayos, acompañan las mañanas las tardes y hasta la noches sin parar de trabajar; las verás , no falla, las veras trabajando. Flacas, de piel oscura, cortada por valles desérticos profundos que cruzan su rostro, sus brazos…qué puedo esperar de esta gente, y de repente, en la lejanía, una sonrisa, la mano agitada que me saluda.
No tengo palabras, ya casi no pedaleo , me dejo llevar por la inercia de mis ruedas que mueren hasta detenerse, ella , una desconocida desde el infinito, me regala un momento sagrado donde lo terrenal y espiritual se hace solo uno, ella allá lejos, no para de mover su mano, la mirada clavada en una postal que al azar aparece ante mi como un regalo, estoy en Thailandia el país de las sonrisas.
Allan está llegando a Thai, viene desde Vietnam con su bicicleta viajera. Queremos encontrarnos, hace años , cuando anduve por America Central pernocté en su casa, viví con su familia, con sus padres, conocí a su gente y hoy, aquí en Thailandia quiero verlo, agradecérselo.
La vida reserva para todos sorpresas, momentos únicos, quizás este sea uno de los que tengamos en común. Allan está dando la vuelta al mundo desde hace siete años, se enamoró en el Japón, y le robaron el corazón, el amor es mágico, capaz de transformar, capaz de vestirnos el alma con humildad, de renunciar a lo propio por el bien de la otra persona; quizás por eso su vestido ya no le sirve para pedalear. Él volverá a Japón, probablemente nuestros caminos en bicicleta no se crucen, puede ser que ni se rocen, pero la presencia de la amistad perdura. Aparece y desaparecen personas que salen a nuestro paso a un encuentro, algunas caminarán de nuestra mano, otras muchas irán esfumándose desvaneciendo para siempre, la gente autentica y verdadera estará siempre junto a nosotros.
Allan me ha advertido que en Tailandia hay muchos elefantes, los utilizan para trabajos domésticos y para otros trabajos que nada tiene que ver con el servicio al hombre. Leyendo sobre los elefantes aquí en Tai, me sonrojo , ¿ qué puedo decir yo ? vengo de un país que pinchamos a un animal tan hermoso como el toro, lo burlamos y atentamos hasta darle muerte cruel y humillante en el coliseum de la vergüenza ¿ cómo acabar con ello definitivamente ?
Ha ocurrido que la realidad me ha dado una bofetada, hoy, me he detenido ante un cartel en la carretera, es como si alguien o algo me hubiera leído el pensamiento: ELEFANTES…
fijate, iba distraido por el paisaje, envuelto en olor a palma, mirando mi senda y ese cartel lejano, de madera y termitas , HOSPITAL DE ELEFANTES ….paro la bicicleta, miro mi plano, mi mapa y mi gps, toda la sabiduría y tecnología occidental al amparo y rescate de mi duda ¿ dónde está ese lugar ? ahora voy despacio, al rato , un camino ancho , rayado de barro seco , de rodadas hundidas en la tierra, el sello de los neumáticos mojados fosilizados aguardan otro día de lluvia, desaparecerán y quizás otro viajero tambien los vea. Mi senda se turba ahora estrecha, me abraza la sombra de palmeras de arboles hermosos , grandes, me dan cobijo del sol abrasador.
Un techo a dos aguas me dice que allí es , allí están ellos, Hospital ; me pregunto si estarán enfermos, o si otro coliseo los vió sufrir y morir.
he llegado, aparco la bicicleta, no la ato, no hago nada, solo me bajo de ella , camino lentamente hacia la puerta, está todo abierto, es una gran nave industrial rodeada de garaje uno junto al otro convertidos en quirófanos en salas de UVI…no doy fe a lo que estoy viendo, camino y saludo con la mano veo elefantes allí , aquí,por todas partes vendados, recostados sobre gigantes camas de agua. Esto es un hospital de campaña, ¡ es terrible !
PHAILIN me da la bienvenida , es una chica tai, menuda pero fuerte, seria y risueña. Ella marca el paso en su hospital, no toques aquí , agarra eso , tira, sujeta esto , siéntate…y al rato ¿ cómo dices que te llamas ? David, soy david, bueno, al menos hace unos meses era David , quizás ahora david sean estos elefantes , yo solo soy un viajero sin importancia. ¿ cómo puedo ayudar ?
- ¿ quieres colaborar ?
Me mira, voy a preguntarlo responde, pero no se va a ninguna parte ni llama a nadie , mira la bici y me dice :
- puedes ponerla ahí, ¡ acompáñame !
quizas llevaba 25 minutos cuando ya me habían dado alojamiento y trabajo.
-Ayúdame a hacer unas curas, allí hay guantes ….
continuará
!!?? Estírese un poco más por lo menos!!! No nos deje con el miel en la boca!!! 
, verdad???
... A ver si vamos a creer --si no--, que vas ..."de guay" por la vida, ehehe!!!