Rodadas. Una comunidad de cicloturismo y viajes en bicicleta
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4 días por Las Merindades

&tarr; PUBLICIDAD (lo que paga la factura)

  1. La comarca de Las Merindades se sitúa en el Norte de la provincia de Burgos. Es a mi modo de ver una injusta desconocida porque guarda una riqueza paisajística, cultural e histórica de primer orden.
    Valles, cañones escarpados, tierras de cultivo, montañas calizas, castillos, iglesias románicas, monasterios, el orígen del Reino de Castilla...

    Disponía de 4 días entre el 1 y el 4 de agosto y Las Merindades han sido la zona elegida por muchos motivos.
    Tiene una densidad de población muy baja y no recibe mucho turismo. No me gusta la masificación. Y menos si tengo que convivir con ella en una forma de viaje en la que estoy empezando y me encuentro inseguro todavía. Así, he rodado por carreteras casi desiertas en las que me han acompañado por momentos sensaciones de soledad, paz y belleza muy intensas.
    Toda la península iba a estar en medio de una ola de calor esos días. Las Merindades no fueron una excepción y lo he pasado un poco mal en algunos momentos. Pero las primeras horas de la mañana he disfrutado de temperaturas suaves y he tenido la suerte de que, algunos de los lugares más interesantes para visitar, estaban en los primeros kilómetros de la ruta diaria. Encontrarte completamente solo por lo temprano de la hora en espacios como Ojo Guareña, el puente medieval de Frías o el Monasterio de Santa María de Rioseco, es una experiencia casi mágica.
    Esta comarca tenía también una atracción especial para mí por motivos más personales. En uno de sus pueblos pasé un verano de mi infancia. Me apetecía revisitar lugares a los que no había vuelto en 50 años y de los que conservó buenos recuerdos. Hay otro en el que no había estado nunca pero también recuerdo como hablaba de él mi abuela. Porque allí nació y vivió su juventud antes de tener que emigrar hacia el País Vasco como lo hicieron muchos de los habitantes de las Merindades en busca de una vida mejor. Es por eso que, aunque mi vida no se ha desarrollado por estas tierras, forman de alguna manera parte de mis orígenes.
    Han sido unos 250 km en total con desniveles acumulados bastante importantes. Para completar un viaje muy grato que a continuación iré contando etapa por etapa.
    Los tracks los subiré a wikiloc cuando los pula un poco. Tengo que ir buscando ratos para borrar de la ruta los errores cometidos. Soy muy básico y he planificado el recorrido con Google Maps. No es una mala herramienta pero he sacado en este viaje las siguientes conclusiones:
    Cuando le dices a Google que quieres ir de A a B "en bicicleta" para el algoritmo el asfalto es opción y no obligación por lo que te puede mandar por pistas en estado "regular". Esta manera de aconsejar el recorrido no me ha perjudicado mucho porque mi gusto, la bici y las cubiertas las han tolerado bastante bien pero, dependiendo de algunas circunstancias, puede meterte en problemas.
    Cuando inicias el recorrido recomendado tras consultarlo en "modo bicicleta" tienes que poner tu cabeza también en "modo ciclista" y desenchufar el "modo automovilista". En este modo, cada desviación va acompañada de una señal de tráfico que anuncia el destino, cosa que no sucede en las rutas sugeridas para bicicleta. Los desvíos nos están a menudo señalizados y es fácil saltárselos. Algunos son además tan inverosímiles que no los ves hasta que te los indican los vecinos del lugar.
    De momento no viajo en autosuficiencia. Esto tiene sus ventajas (llevas menos equipaje, duermes en camas cómodas, te duchas cuando terminas la ruta del día,...) y sus inconvenientes (tienes que llegar sí a sí cada día al alojamiento que has reservado, en épocas de vacaciones has de reservar lo que quede cueste lo que cueste,...). Lo que más me ha sorprendido en este viaje respecto a los alojamientos que he reservado ha sido la exacta relación inversa entre lo que he pagado y lo que me han ofrecido. En el sitio más barato ha sido con diferencia en el que más a gusto me he encontrado.

    Publicado hace 1 año #
  2. Molaaaa,que cubiertas gastas???

    si te cansas de pedalear bájate de la bici y camina pero no te pares
    Publicado hace 1 año #
  3. Victor Gonzalez dice: Molaaaa,que cubiertas gastas???

    ...

    Me gusta el modo de hacer la pregunta. Qué cubiertas gastas es mejor que qué cubiertas usas
    Unas Schwalbe Marathón Plus Tour de 28*1,60

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    Publicado hace 1 año #
  4. Aúpa compi !

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    Dentro de veinte años lamentarás más las cosas que no hiciste que las que hiciste. Así que suelta amarras y abandona el Puerto seguro... Atrapa los vientos en tus velas... Explora... Sueña... Descubre
    Publicado hace 1 año #
  5. tiene su atractivo.

    ¡ sonríe , mañana será peor !
    Publicado hace 1 año #
  6. Hola:


    Pues tiene una pinta estupenda esa zona. De hecho, me acaban de invitar a ir a recorrerla. Esperaré a ver tus trazados para saber si me pongo a ello.
    Un saludo.

    Juan.

    Publicado hace 1 año #
  7. Manfrotto dice: Hola:


    Pues tiene una pinta estupenda esa zona. De hecho, me acaban de invitar a ir a recorrerla. Esperaré a ver tus trazados para saber si me pongo a ello.
    Un saludo.

    Juan.

    ...siiiii tiene "garrote ", sí !

    Publicado hace 1 año #
  8. Tu manera de presentar la ruta me ha encantado. Cojo sitio para leerte , ya que conozco (virtualmente) la zona y me gustaría ir por allí en primavera.
    Esperamos nuevas líneas de tu crónica!
    Saludos!

    Publicado hace 1 año #
  9. Primer día: 1 de agosto

    ROCAMUNDO-SANTELICES: 61 km


    Desnivel positivo: 1096

    Desnivel negativo: 1125

    Rocamundo es un pueblo de Valderredible (la comarca más al sur de Cantabria), con un nombre tan curioso que pienso se podría instalar aquí un parque temático dedicado a los Picapiedra.

    Lo he elegido como comienzo de la ruta porque unos amigos tienen casa en él y podían echar un ojo a mi coche durante los 4 días que se tenía que quedar allí. Valderredible es también la frontera oeste de las Merindades burgalesas de modo que su ubicación, sin ser la mejor, es razonablemente buena para el viaje que me propongo.

    La definición de la ruta completa y de cada etapa me ha llevado bastante tiempo porque es un proceso en el que tienes que cuadrar:

    - Los kilómetros que te sientes capaz de hacer por día.

    - Los desniveles. He tenido que desechar algunas alternativas porque me ha parecido que iba a sufrir demasiado subiendo.

    - Los alojamientos. En esta zona hay muy pocos.

    - Los puntos de interés. En cuanto te pones a trazar líneas sobre el mapa te das cuenta de que unos cuantos se van a tener que caer de la lista.

    Así las cosas, Santelices ha sido el elegido para final de esta primera etapa porque está al lado de Pedrosa de Valdeporres (el pueblo en el que pasé un verano de mi infancia) y me encajaban bien en el recorrido la Colegiata de San Martín de Elines (hablaré de ella el último día porque también la visité de vuelta) y Puentedey, uno de esos pueblos irrenunciables.

    Es lunes, 1 de agosto, primer día oficial de mis vacaciones. Me levanto más temprano que cuando voy a trabajar y con el doble de ilusión (tampoco es tan difícil), desayuno, cargo en el coche bicicleta y alforjas y, tras dos horas y media de viaje, me pongo en el punto de partida.

    No sé si a vosotros os pasa. A mí, los primeros kilómetros me suponen una liberación. En cuanto empiezo a pedalear siento que dejo atrás la parte "sucia" del viaje (la preparación, las dudas, las listas, los detalles, el temor a los imprevistos y los olvidos,...) y se me abre una nueva y "limpia" (yo mismo, la carretera y el paisaje).

    No importa en esta parte (en el que las fuerzas están además intactas) encontrarte con carreteras que se empinan de lo lindo...

    ...porque las subidas terminan y puedes extender la mirada hacia el valle que dejas atrás.

    Así que, tras aproximadamente 40 kilómetros de carreteras de todo tipo (la mayoría con poquísimo tráfico) y con una parada para repostar (cervecita y pincho de tortilla) en el pueblo de Soncillo, llego al último tramo de la ruta:

    La vía verde entre San Martín de las Ollas y Puentedey y la vuelta hasta Santelices.

    Muy bonita

    Polvorienta (a mí me gustan estas pistas, a la transmisión de la bici no tanto) y solitaria. Qué bien! Hasta que llegado a un punto, entiendo por qué

    Como gran parte del interés de este día se concentra en este tramo, lo cuento en el siguiente capítulo.

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    Publicado hace 1 año #
  10. Altair un viaje perfecto.
    Gracias por compartirlo y quedo a la espera de próximos capítulos y el trak que no se te olvide !!!

    El unico simbolo de superioridad que conozco es la bondad.
    Beethoven.
    Publicado hace 1 año #
  11. Genial

    Publicado hace 1 año #
  12. Genial compañero. Me pongo a la cola para las siguientes entradas.

    Publicado hace 1 año #
  13. Conozco la zona, maravillosa.

    ¡Pillo sitio!

    Publicado hace 1 año #
  14. Continúo con el primer día.

    Como pretendo visitar Puentedey, dejo la carretera que me lleva a mi destino final en Santelices para bajar por San Martín de las Ollas hasta la vía verde del ferrocarril Mediterráneo-Santander.

    Pretendía despachar la historia de este grandioso proyecto que nunca se llegó a finalizar con una frase ingeniosa pero ayer me puse a leer todas las vicisitudes que lo rodearon y no sería justo. El hecho es que por aquí cerca está la boca sur del túnel de la Engaña. Me habría gustado llegar hasta ella pero 12 km (6 de ida y 6 de vuelta desde Pedrosa de Valdeporres) al final del día, con el calor que estaba atizando me desanimaron. La boca norte está en la Vega de Pas pero los aires húmedos del Cantábrico y los más secos de Castilla tuvieron que seguir viendose en las cumbres porque cuando se abandonó el proyecto, las dos bocas del túnel no llegaron a comunicarse.

    De toda esta zona se han retirado las vías y se está rehabilitando poco a poco. Me han contado que hay muchos tramos utilizables pero la reparación (o sustitución) de las infraestructuras más costosas como los puentes va despacio. De los tres que hay en este tramo está operativo el más grande en Santelices

    Y otro más pequeño cerca ya de Puentedey. Al de enmedio le falta el tablero y el pavimento. No voy a comentar cómo accedí a la carretera para poder seguir porque no es nada recomendable. Hasta que no reparen definitivamente el puente lo mejor es mirar con mucha atención el mapa (más de la que puse yo) y salir a la carretera para volver a entrar en la vía donde se puede hacer con comodidad. Es lo que hice en el recorrido de vuelta. Un poco más de cariño ya podían haber puesto en la señalización en este período transitorio de reparaciones. Dejan bastante que desear.

    La llegada a Puentedey por la vía merece la pena. Ves el pueblo en lo alto de la roca, atraviesas un pequeño túnel, sales de la vía verde y en la primera curva de la carretera ya se presenta ante ti su vista más icónica.

    Estamos en las peores horas de calor del día. Hay que tomarse las cosas con calma de modo que, bocadillo, chapuzón en el Nela (la zona de baño del pueblo es fantástica) y café con hielo en el bar de al lado.

    Luego, veo carteles que señalan el mirador de San Andrés pero las respuestas que me dan cuando pregunto si se puede llegar a él en bici son confusas. Así que tras un rato de descanso, decido no subir con la bici a lo alto del pueblo y emprender el camino de vuelta. Pero cuando ya estoy saliendo veo una zona que me gusta y me hace cambiar de opinión. Sabia decisión porque, mientras voy subiendo, un niño pequeño en su bici (las dos ruedas unen mucho) me indica sin decirle nada "si vas por ahí llegas a la iglesia". Aprovecho para preguntarle de nuevo por el mirador de San Andrés y me explica sin ningún género de duda cómo llegar. La panorámica desde él es estupenda. A un lado el pueblo sobre la roca...

    ... y al otro la vía verde, el río y la carretera entrecruzándose.

    Ahora sí emprendo la vuelta. Más satisfecho y a sabiendas de cómo debo salvar el puente en reparación, llego sin percances a Pedrosa de Valdeporres, el pueblo donde pasé un verano de mi infancia.

    Es curioso cómo los recuerdos se imprimen en la memoria. No reconozco un edificio tan relevante cómo la iglesia. Pero deambulando por las calles que seguro han cambiado completamente llego hasta una casa y sé sin ningún género de duda que es en la que veraneé de crió. Pero no por el conjunto sino por un detalle irrelevante (un trozo de muro) que no sé por qué ha quedado prendido en mi memoria con una precisión absoluta.

    Se me olvidaba. En cuanto entré en la vía verde vi este cartel.

    Luego en el hostal tuve la oportunidad de charlar un rato con una pareja que lo estaba haciendo a pie. Habían salido desde Bilbao y pretendían llegar hasta Santiago por este "Camino Olvidado". Había oído hablar de él pero no sé qué trazado sigue.

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    Publicado hace 1 año #
  15. Genial crónica y muy interesante viaje.

    Seguimos atentos.

    Publicado hace 1 año #
  16. Por si le sirve a algún viajero curioso...

    https://www.gronze.com/camino-viejo-santiago

    Publicado hace 1 año #
  17. si es que ... cuando los lugares son hermosos hablan por si mismos, sin necesidad de poner una sola letra !

    muy muy "moie" ( hermoso )

    Publicado hace 1 año #
  18. Segundo día: 2 de agosto

    SANTELICES-QUINTANA MARTÍN GALÍNDEZ: 74 km


    Desnivel positivo: 824

    Desnivel negativo: 965

    Parto temprano de Santelices. Ruedo sobre buen asfalto con poco tráfico. El ambiente es fresquito y la carretera pica suavemente hacia arriba. Se puede disfrutar subiendo? En esta condiciones, con el sol asomando sobre las montañas a mi derecha y el valle del que vengo cubierto todavía por la niebla, sí. Y mucho.

    Los primeros 10 kilómetros pasan en un suspiro y a mí me sale otro, de admiración y sorpresa porque, casi sin darme cuenta, estoy bajo la bóveda de piedra caliza que guarda la entrada a la cueva ermita de San Bernabé en el Monumento Natural de Ojo Guareña.

    No es todavía la hora de la primera visita guiada. He llegado con mi bici hasta la misma puerta porque a nadie molesto y nadie me molesta a mí. La soledad ante lo grande lo hace más grande aún. Tomo unas fotos, disfruto un buen rato del lugar y marcho tan discretamente como he venido cuando empiezan a llegar los primeros visitantes.

    Tengo ahora ante mí otro tramo un poco más largo de la ruta. Con una subida corta y empinada nada más empezar (y su correspondiente mirador arriba), carreteras secundarias en las que me cruzo con más compañeros ciclistas que con coches, grandes campos de cereal o girasoles y una larga pista llana y polvorienta que me deja en mí siguiente parada, Medina de Pomar.

    El escenario cambia de golpe. Medina es la ciudad más grande de las Merindades y recibe además una gran cantidad de gente en verano que cuenta aquí con su segunda vivienda. Viniendo de rodar por carreteras solitarias me agobio un poco en este bullicio de conductores despistados, semáforos, coches en doble fila...

    Pienso que voy a marchar rápidamente pero en cuanto empiezo a subir hacia la parte alta y vieja la cosa mejora. Parece que los visitantes habituales ya la conocen y no vienen mucho por aquí así que premio doble. La ciudad antigua, con lo que queda de la muralla, el Castillo, la iglesia y las calles antiguas y peatonales, es además la menos transitada.

    Un ligero repostaje en la Plaza Mayor, una parada muy breve para ver por fuera el Monasterio de Santa Clara y parto de nuevo porque el calor empieza a ser agobiante.

    Comienza ahora la parte más difícil del día. Quiero llegar hasta una zona de baños en el pueblo de Nofuentes, Google me manda por una ruta que parece otro tramo de la vía verde Mediterráneo-Santander, lo intento por un sendero en el que me parece no estoy acertando. Me cruzo con un señor que viene en bicicleta, me confirma que no voy bien y me dice también que la vía verde está cortada (no me queda muy claro dónde). Me recomienda que vaya por la carretera y sigo su consejo. No sé si acierto. Porque me enfrento a 15 km sin una triste sombra, con un calor abrasador y una sucesión de pueblos con nombres tan sugerentes como Paralacuesta, Quintanalacuesta y Valdelacuesta. Efectivamente, todos en una interminable cuesta arriba que, a estas horas y con esta temperatura, parece no va a acabar nunca.

    Así que, un poco asfixiado, llego hasta el sitio que voy buscando, la zona de baños de Nofuentes.

    Como algo, me hidrato bien por dentro y un poco por fuera (aunque no disfruto tanto del baño como ayer). El sitio es estupendo pero, para variar, está desierto. Quizá porque el calor aplasta hasta debajo de la profunda sombra de los árboles.

    Viendo como se está poniendo el día de difícil, decido llegar poco a poco a mi destino. Hago un tramo hasta Trespadene, me tomo un café y paso un buen rato leyendo. Otro tramo ya hasta Quintana Martín Galíndez y una cerveza. Una vuelta por el pueblo y en unos cientos de metros llego por fin a mi destino: El albergue Valle de Tobalina. Un sitio que recomiendo. Bonito, limpio y muy bien de precio. La cena, el desayuno y la conversación con Sarah, la persona que lo regenta, hicieron muy agradable el final de esta segunda jornada de viaje.

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    Publicado hace 1 año #
  19. Tercer día: 3 de agosto

    QUINTANA MARTÍN GALÍNDEZ-QUINTANA DE VALDIVIELSO: 52 km


    Desnivel positivo: 939

    Desnivel negativo: 817

    Datos del track un poco depurado. Para mí han sido unos pocos más (kilómetros y desnivel) porque cometí un error de esos que duelen. Y más el tercer día que uno debería estar ya escarmentado por todos los anteriores.

    El día más extremo de todos sin duda porque ha tenido una primera parte muy buena y una segunda que la recordaré como la más difícil de todo el viaje.

    Salgo de Quintana Martín Galíndez temprano como siempre y con unas gotas de lluvia que parece pudieran complicar las cosas. Enseguida estoy en la antesala de Frías, su puente medieval.

    El cielo sigue gris pero todo indica que el calor y no la lluvia va a ser de nuevo hoy mi compañero.

    Como quiero acercarme hasta Tobera y luego tengo que volver a pasar por Frías, he de decidir si callejeo primero por esta sorprendente ciudad o lo hago a la vuelta. Miro desde abajo a qué altura queda el castillo y pienso que mejor ahora que acabo de empezar y estoy todavía fresco. Qué maravilla de lugar pero qué pendientes. Desde que empiezo a subir tengo que disponer de todos los dientes de mi bici (22 delante y 32 atrás), apretar bien los míos y hacer equilibrios porque la rueda delantera apoya en los adoquines solo a ratos.

    Da igual. El esfuerzo merece la pena y desde arriba entiendes cómo se tuvieron que sentir los que fueran señores de este territorio hasta donde les alcanzó la vista.

    Toca volver a apretar los dientes (y ahora también las manetas del freno) porque hay que bajar lo subido. Para dejar Frías y llegar hasta Tobera. Con su bella ermita de Santa María de la Hoz y un paseo por el pueblo y su sistema semi natural de cascadas que no llego a recorrer del todo por no alejarme demasiado de la bici.

    Continúo el viaje. Parte por carreteras secundarias, parte por pistas...

    ...y parte por un tramo de carretera nacional en la que el Ebro ha formado un cañón espectacular. Esta variedad de paisajes se disfruta desde la bicicleta más que de ninguna otra manera.

    Hago una parada para dar un breve paseo por la Cueva de los Portugueses (en el mismo borde de la carretera). Un lugar interesante y misterioso.

    Mi siguiente referencia es el embalse de Cereceda y aquí cometo el primer error. Me salto la desviación y continúo hacia el alto por la carretera nacional. Cuando me doy cuenta llevo subido casi medio puerto y cometo el segundo error. Me doy la vuelta en lugar de continuar hasta mi destino final por esa misma carretera. Sí, ruedo un rato como quería por el borde del embalse, pero el sol ha seguido subiendo, el calor aprieta cada vez más y mis fuerzas andan cada vez más justas.

    Me queda un tramo por una carretera solitaria que en otras circunstancias habría sido una delicia pero que en estas se me hace interminable. Menos mal que por fin llego a Puente Arenas y en el primer bar que veo paro a tomarme una gigantesca cerveza más por necesidad que por placer.

    El pequeño tramo final hasta mi destino en Quintana de Valdivielso se me vuelve a hacer un poco bola porque son las 3 de la tarde y el calor resulta insoportable.

    Al final llego al hotel (nada acorde para mi gusto con lo que tuve que pagar por él) y paso la tarde tranquilo deambulando entre este pueblo y el vecino Valdenoceda que es por el que pasa la carretera general y el que cuenta con algunos servicios y una buena zona para bañarse.

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    Publicado hace 1 año #
  20. Cuarto día: 4 de agosto
    QUINTANA DE VALDIVIELSO-ROCAMUNDO: 66 km

    Desnivel positivo: 957
    Desnivel negativo: 865

    Última etapa del viaje. La voy a contar en dos capítulos porque tiene también dos partes con significaciones muy diferentes para mí.
    Esta primera está marcada por el Monasterio de Santa María de Rioseco.
    Hace 10 años estuve por aquí haciendo una sesión fotográfica con una asociación a la que pertenecía entonces. El lugar era una ruina en descomposición. Abandonada, lúgubre, húmeda y comida por la maleza.
    Hace muy poco, en uno de los programas de televisión de José María Calleja (dedicado a las Merindades precisamente) se mostraba el monasterio como un ejemplo de rehabilitación promovida por el esfuerzo colectivo de los vecinos.
    Llego a él al poco de partir de Quintana de Valdivielso. Supongo que la sequía está haciendo sufrir a todos este verano porque atravieso carreteras en las que parece los árboles están deseando que llege el otoño cuanto antes.

    No sé si en una visita guiada me habría enterado de más cosas. Como he aparecido aquí tan temprano he permanecido todo el tiempo (otra vez) solo y lo he podido recorrer en el silencio y con la calma que tan de agradecer son en lugares tan bellos como este. Doy fe del cambio que ha sufrido. Hoy es un espacio cuidado, limpio y luminoso. Con un jardín que lo llena de vida.

    Un aviso. No os desaniméis si tenéis que bajaros de la bici en el camino de acceso que sube de la carretera. Yo no lo he hecho por pura cabezonería pero está bastante mal. Tiene mucha pendiente y un pavimento de tierra y piedras que no se corresponde con el lugar al que te lleva.

    Parto del monasterio y un poco más adelante, del mismo borde de la carretera, asciende un camino con varios tramos de escaleras (la bici ha de quedarse esta vez en la cuneta) que en dos minutos me lleva hasta el contrapunto del gran templo del que vengo. Es el eremitorio de San Pedro de Argés. Dos maneras radicalmente diferentes de entender la espiritualidad.

    Me queda todavía mucho que rodar hoy pero, al cruzar el Ebro, comienza otra historia.

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    Publicado hace 1 año #
  21. La verdad es que la comarca es  preciosa. 

    Publicado hace 1 año #
  22. Y que hay al otro lado del Ebro?

    Publicado hace 1 año #
  23. slow dice: Y que hay al otro lado del Ebro?

    ... cita muy novelera.

        ¿ qué hay ?

    Publicado hace 1 año #
  24. Travellermaster dice:

    slow dice: Y que hay al otro lado del Ebro?

    ... cita muy novelera.

        ¿ qué hay ?

    ...

    Igual me he pasado con la intriga

    Va enseguida.

    Publicado hace 1 año #
  25. Altair dice:

    Travellermaster dice:

    slow dice: Y que hay al otro lado del Ebro?

    ... cita muy novelera.

        ¿ qué hay ?

    ...

    Igual me he pasado con la intriga

    Va enseguida.

    ...aqui estoy mirando la pantalla a la espera de tu crónica....estoy "enganchadisimo "jajjajaja

    Publicado hace 1 año #
  26. Pongo rumbo al último destino importante de mi viaje. El pueblo donde nació mi abuela materna.

    Estoy en el valle de Manzanedo. El Ebro corre serpenteando por él. A pesar de que baja ya con un caudal importante no le ha sido fácil oradar estas montañas. Mi destino final está también a la orilla de este río unos cuantos kilómetros aguas arriba pero en este tramo no hay una carretera paralela a su curso. Es igual porque tampoco la habría seguido.

    Mi primera parada es el mirador de Vallejo. Hay que coger un poco de altura para contemplar "monumentos" naturales como este.

    Y después porque Poblacion de Arreba es uno de esos pueblos que no se asientan en el fondo del Valle sino a media altura en las estribaciones de las montañas que los cierran.

    Aparte de la fantástica vista desde el mirador he tenido la oportunidad de charlar aquí con un hombre que me ha enseñado en media hora a interpretar muchas de las cosas que nos pasan desapercibidas a los que vivimos en entornos muy urbanizados. Es lo que tiene la soledad de estos lugares. No te encuentras con casi nadie pero cuando lo haces suele surgir una conversación en la que, el que lo conoce tiene mucho que contar, y el forastero mucho interés por escucharlo.

    Me queda un rato de fuerte subida. Primero por un camino con pendientes imposibles y luego otra por carretera. Menos dura pero de esas en las que hay que sufrir. Luego un tramo en el que la carretera no se acaba de definir entre sí sube o baja y la llegada a mi destino.

    Doy una vuelta por el pueblo pero no me encuentro con nadie. Seguramente tampoco habría sabido qué preguntar porque mi abuela partió de aquí hace casi 100 años y sé que las pocas propiedades que su familia tenía se vendieron hace más de 50. En cualquier caso me quedo a gusto viendo sus casas antiguas y bien conservadas e imaginando a mi abuela caminando por sus calles.

    Parto con la satisfacción de haber pasado ya por todos los lugares que me había propuesto en este viaje. Pero me queda todavía un largo trecho con un tramo de fuerte subida y una vertiginosa bajada para volver a alcanzar el curso del Ebro en Escalada. El pueblo parece muy bonito pero le atravieso sin parar porque el calor, como en los días anteriores, empieza a apretar.

    En Orbaneja del Castillo la parada sí es obligada. Tomo la típica foto de la cascada desde la carretera, y me quedo un rato refrescando los pies en el agua mientras miro la atracción turística del lugar. Los chavales de los pueblos de alrededor que llegan en bici para saltar desde el petril de la carretera a la poza que está debajo.

    Me queda un último tramo que me cuesta lo suyo pero en el que me anima el objetivo de tomarme la última cerveza en el bar que vi en la primera etapa junto a la Colegiata de San Martín de Elines. Llego y tiene un cartel que dice. Cerrado el jueves por asuntos personales. Así que la cerveza tiene que esperar hasta el bar que hay en Polientes junto a su zona de baños. Un sitio muy bonito también.

    El viaje en bicicleta ha terminado. Mi máquina se ha portado muy bien. Aunque su estética negro mate que me gusta tanto no es la que mejor se adapta a los caminos que hemos tenido que recorrer.

    Me quedo a dormir en casa de mis amigos y por la noche me llevan a un evento que se va a realizar por primera vez. Los vecinos de San Martín de Elines se han organizado y han montado una especie de función teatral nocturna que versa sobre la vida del monasterio en la Edad Media. Es interesante ser testigo de la realización de proyectos colectivos que dinamizan la vida de estos pueblos. Es además la oportunidad para disfrutar del interior de este edificio tan singular que no había tenido ni en la ida ni en la vuelta.

    Ahora sí. Fin del relato del viaje. Prometo no ser tan pesado en el del siguiente. Estoy convencido de que lo habrá porque me han quedado muchas ganas de seguir haciéndolo de esta manera.

    Adjunto

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    Publicado hace 1 año #
  27. Que maravilla !
    gracias por compartirlo.
    Me sorprende tanto que siendo todo tan atractivo no se vean mas turistas ....en definitiva esto ha sido una puerta abierta a la España vaciada o abandonada.....la proxima vez trataré de recorrer lugares similares.

    Publicado hace 1 año #
  28. Me quedo con la duda de si he pasado en bici por alguno de los pueblos que comentas porque me suenan mucho
    El mirador sobre el Ebro si que lo conocía

    En cualquier caso gracias por compartirlo, ha sido muy interesante

    Publicado hace 1 año #
  29. slow dice: Me quedo con la duda de si he pasado en bici por alguno de los pueblos que comentas porque me suenan mucho
    El mirador sobre el Ebro si que lo conocía

    En cualquier caso gracias por compartirlo, ha sido muy interesante

    ...me surge la misma duda ¿ he pasado por ahi ? me suena todo tanto. !

    Publicado hace 1 año #
  30. Travellermaster dice:

    slow dice: Me quedo con la duda de si he pasado en bici por alguno de los pueblos que comentas porque me suenan mucho

    El mirador sobre el Ebro si que lo conocía

    En cualquier caso gracias por compartirlo, ha sido muy interesante

    ...me surge la misma duda ¿ he pasado por ahi ? me suena todo tanto. !

    ...

    Es muy posible que por él mirador de la foto no hayáis pasado porque es muy poco conocido. La zona más visitada es donde confluyen el Ebro y el Rudrón. Seguramente os sonarán más pueblos como Pesquera de Ebro o Valdelateja. Están muy cerca pero un poco más al sur y aguas arriba. Sí, desafía un poco a la intuición pero es porque el Ebro hace ahí una S imposible y genera un paisaje espectacular de cañones muy profundos y escarpados.

    Os pongo un enlace a una panorámica esférica (hace años me gustaba hacer estas cosas) del cañón del Rudrón tomada desde arriba de Valdelateja.

    Publicado hace 1 año #