y si los de estrella lo bordan, los del santo miguel no se quedan atras
http://www.youtube.com/watch?v=zFD7aU1_vb0
&tarr; PUBLICIDAD (lo que paga la factura)
y si los de estrella lo bordan, los del santo miguel no se quedan atras
http://www.youtube.com/watch?v=zFD7aU1_vb0
No tengo ni la más remota idea, pero los humanos que más cerca de ella me han parecido estar suelen engloblar algunas de las cosas mencionadas:
Un buen vermut casero con su sifón y su rodajita de naranja con unas buenas anchoas (del Cantábrico o de l'Escala), unas patatitas con Salsalella y unos pimientitos de padrón...
La sabiduría popular dice:
" para ser feliz hay que tener
la barriga llena y la cabeza vacía"
Suena muy bruto pero una gran
reflexión..
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Pa9lz7SV_7Q
Creo que eras tú, lekim, quien formulabas hace semanas la profunda pregunta: ¿Entonces para que haya felicidad tiene que existir la infelicidad?
No sé si decirte sí o no, pero desde luego quien ha sido infeliz, está en una posición privilegiada para encontrar la felicidad en momentos muy simples y hasta puede ser feliz en momentos muy dilatados en el tiempo. En cambio, el que no conoce o no ha conocido el sufrimiento, puede que no reconozca la felicidad cuando la encuentre,. es decir, puede que tenga todos los elementos para ser feliz y los desprecie.
Sargantana, me ha encantado tu aportación. Me alegro que mejoraras de tus migrañas. Me siento identificado, aunque mi mal era y es otro.
La Felicidad (así escrita en mayúscula) es un concepto como el Santo Grial, que tiene más importancia su búsqueda y persecución que el concepto en sí. Y como dicen Sargantana y FranBCN, para tener una noción de felicidad es forzoso saber qué es la ausencia de la misma, por lo menos una felicidad pragmática y "asequible", una felicidad que se materialice como ausencia de infelicidad (la que hayamos vivido). Igual que no existe el dolor sin el placer, también es necesario haber sido infeliz para experimentar con rigor cierto asomo de felicidad —siempre tan efímero, tan huidizo o etéreo—.
Yo creo que a veces la felicidad es cuestión de tiempo. Los africanos sostienen que “vosotros los europeos tenéis los relojes, nosotros el tiempo”. Todo funciona igual en África. Con improvisación, a medias. Lo curioso es que al final también se arregla todo. Cada uno soluciona sus problemas con lo que tiene. En Europa lo hacemos con lo que nos sobra, que es dinero, y allí lo hacen con lo único que poseen en abundancia, suficiente para exportar a todo el mundo y a siete planetas habitados más que aparecieran en la galaxia: tiempo.
Troceamos, descuartizamos el tiempo en raciones asumibles, en planes digeribles. Nos embutimos en fracciones, las acotamos y nos convertimos en sus súbditos. Miramos al futuro con sofoco. Creemos con convicción que el tiempo existe al margen de nosotros mismos, que es objetivo y universal. Que nos sobrevive. Y nos convencemos de la perdurabilidad de los objetos, de nuestras pertenencias e incluso de nuestras relaciones. A menudo, creo yo, preferimos poseer lo que nos rodea al simple hecho de disfrutarlo. Sin saber que sólo se conserva lo que no se amarra.
En muchos lugares de África el tiempo y las posesiones no se sienten así. El tiempo existe porque existen nuestros actos. Nosotros damos cuerda al mundo cuando caminamos. Y cuando paramos, se detiene. El tiempo se mueve con nosotros y no nosotros con el tiempo. Así que de alguna manera me siento afortunada de no distinguir entre un minuto o quince muchas veces a lo largo del día.
Me gusta perder el tiempo escuchando conversaciones ajenas en la calle. O en comer con las manos y andar descalza. O en volver a visitar lugares donde fui feliz. Me gustan los lugares de paso y las llanuras con nieve.
(Foto: J.M. Navia)
Me gusta que me inviten a casas ajenas en países extraños, meterme en las cocinas y sentarme en el suelo. También husmear los libros de las estanterías en casa de los amigos. Y las bibliotecas con vistas a un parque
Me gusta entretenerme en desabrochar los botones ajenos, que lo disfruto mucho, aunque no siempre lo hago perfecto. Es el momento en el que se forma una excitante cadena de calambrazos que preceden a algo bello. O enredar cabelleras hasta enmarañarlas. Me gusta graparme a una pared de roca caliza y acariciarle los cantitos o revolverles las faldas a las montañas
(Foto: Gaizka Elizegi)
O despegar y aterrizar en los aviones, que me siento como una niña en tiovivo. O comprar mapas, o la incertidumbre al entregar la entrada de un concierto o una película y no saber si te gustará. Y tirarme en la hierba.
(Foto: Gaizka Elizegi)
Me gusta mucho empezar proyectos. A menudo me da pereza terminarlos. Y despertar en un desierto o correr hacia el mar. Me gusta dejar la cama revuelta. Me divierte hablar con gente a la que no entiendo ni jota. O cambiar el sentido de una palabra añadiendo un detalle minúsculo.
(Foto: Juan Luis Blanco)
También volver de un viaje y sorber esa primera cerveza con los amigos que sabe a gloria. Me gusta contar barrabasadas y reír a carcajadas. Acariciar al gato. Imitar acentos. Cantar. Hablar otras lenguas, aunque sea mal. Y subirme a los árboles.
(Foto: Jesús I. Hernández)
Me encanta flirtear. Me gusta estar despeinada y hacer café. Y que me rasquen la espalda. Jugar con los niños, inventarme cuentos y exagerar historias para dejarles ojipláticos.
Me gusta no obstante decir la verdad para no perder el tiempo en rodeos. Me gusta mucho descubrir que estaba equivocada. Que me pongan en mi sitio.
Lo mejor del mundo es ir cuesta abajo en bici.
Y me fascina la sensación de aprender algo nuevo. Descubrir.
También me gusta vivir vidas ajenas. Encontrar hombres y mujeres que desinteresadamente me han abierto sus corazones y han depositado dentro de mí un trozo de sus vidas como en un sagrario. Esos hombres y mujeres muchas veces han sufrido y han peleado para seguir un día más con vida, algunos cruzaron desiertos o mares, transitaron infiernos oscuros o perdieron a las personas que más amaban. Y siguen en pie, con dignidad. Sin renunciar a ser felices, disfrutando de la descomunal energía de estar vivos. Esa gente me hace vivir mil vidas en una.
Y echando el rato con todo esto me entero de cómo es el brutal y poderoso erotismo de la vida, de qué es la felicidad y de cómo se mide el tiempo.
Susana (905, que ya son susanas). He leído tu mensaje desde la playa, desde el móvil, justo cuando ya uno se atiborra de tomar el sol de frente y se pone de espaldas al sol, y apetece leer. Pues tu escrito, la brisa marina recorriendo mi espalda, el sonido del mar rompiendo en la arena, y un buen trago de agua del bidón con agua parcialmente congelada: todo ello ha contribuido a un bienestar que me veo en la obligación de agradecerte. Es cierto, el brutal y poderoso erotismo de la vida, pequeñas cosas que saben conectarse y crearnos un estado de ánimo distinto, especial. Aquello del suicida que viendo brotar una flor en el pie del árbol desde el que decidió ahorcarse, acaba decidiendo que vale la pena seguir viviendo, o seguir sufriendo y disfrutando esto de vivir, a lo que estamos condenados o a lo que nos han privilegiado.
Me alegro de que haya contribuido a tu bienestar un pelín, Marcato. Yo pensé que me echabáis del foro por rollista ...
Escribiste algo bien bonito, Susana.
bueno Susana, yo lo que veo es que eres muy valiente.
en lo que has escrito veo que dejas caer capas de ti en un lugar, el foro, que en cierta medida es algo desconocido.
me alegro de ello, me alegro por ello.
te felicito en mayúsculas.
y te agradezco muchísimo lo que has hecho y lo que dices.
Si estamos entre amigos, Slow! O eso me parece a mí. Se plantea cualquier duda y aparecen un montón de desconocidos invirtiendo su tiempo en ayudar y dar ánimos, bienvenidas y consejos. Se es tolerante con los "principiantes" que hacemos siempre las mismas preguntas una y otra vez, y aparecemos con nuestras aventuras como si no hubiera nada más que nuestra propia excitación de novatos. Hace unos pocos meses una no sabía lo que era una alforja para bici. ¿Qué menos que dejar algo aquí, no? Como de bicis sigo sin saber gran cosa más que dar pedales, pues pongo tonterías, a ver si libro ;-)
si eso es una "tontería" no me quiero ni imaginar que puede ser cuando pongas cosas profundas.
de bicis no se si entiendes gran cosa... pero de vida, en mi opinión, un rato.
gracias nuevamente!!
Yo creo que la felicidad , es un sueño, o un estado , que todos os inventais,,,para olvidar el miedo y vuestra frajilidad.. Con la valentia , de aceptar, hacia donde Vamos, se asume, que la vida es un camino hacia el abismo y que cuando uno se para, cae...Que la vida es un camino perdido , y que solo disfrazando la realidad, se puede continuar.
Mi bicicleta se llama Felicidad, es lo unico que conozco, con ese nombre..
Ni creo en falsos griales, ni me voy a inventar nada.
A la preguunta del hilo, que es para vocotros la felicidad
- Una mentira
Creo que cada uno tiene que decir lo que piensa del tema, y no quisiera ser blanco, de vuestra ira :D por expresar exactamente lo que creo
la frase que viene , puede parecer ironica,,pero ya sabeis,
Ser Felices
un poco de caña, al hilo, no viene mal,,, si no .... :wink:sois capaces de sacar los pañuelito y os poneis a llorar
Susana... por favor... no dejes de poner tonterías no solo en este foro si no en todo el mundo... qué falta hacen. Yo me apunto a tu alternativa: Bien por las tonterías!
Pollo11, a mí me parece que tienes toda la razón, esto todo nos lo inventamos. Pero qué mentiras y tonterías tan deliciosas, ¿no? Como la acción precede a la esperanza, me mola declararme radicalmente feliz, no tanto como una descripción tajante sino como una declaración de intenciones.
El bien y el mal, Sunana905, nos rodea.
nadamos, sobre lo que pensamos, hay idiomas, que no todos entienden.Yo me quedo aqui, tumbao....escuchando..
ser felices
pollo11, la Felicidad (en mayúsculas) sin duda es lo que dices, la liebre mecánica que persigue el galgo, una entelequia necesaria, un motivo para que nuestra voluntad nos impulse en lugar de detenernos, y como dices, caer en el abismo de la quietud. En realidad prácticamente cualquier cosa que quisiéramos desmenuzar o desafiar a la lógica implacable, acabaríamos viéndola como una mentira, un engaño. La percepción precede a la realidad, y así nada es realmente real —para nosotros— si no somos capaces de percibirlo. Dicho esto yo hablaba de la felicidad "posible", la que escribamos en minúsculas, que es fugaz y efímera, un sorbo, un soplo de brisa. Espero no haber escrito ninguna cursilada, por Dios.
La felicidad.....¿que es????
¡Silba cuando te estés acercando, Andrés! O eso, o le pido coordenadas a Noe
Pues para mi la felicidad es sentir que siento. No pensar que estoy sintiendo,no. Desde que lo deje todo y salí de viaje raro es el día que no me descubro sintiendo de todo.
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