Sirva este pequeño relato como presentación, ya que he entrado en la web como "elefante en cacharrería".
Me daba por presentado por el comentario de Yelmo en organizando la quedada (de Jaén).
He leido muchos de los comentarios y yo mismo me he integrado rapidamente en el buen ambiente que hay. Mil perdones.
Mis contactos con la bicicleta, desde el principio, han sido traumaticos.
Mi primera bicicleta, con ruedines, me la echaron el día de Reyes, yo estabá con sarampión y con mucha fiebre. Me decían "mira lo que te han traido los reyes" y yo decía "que me dejes".
Cuando me enseñaron a "montar sin ruedas" (ruedines), me dejarón una bicicleta de paseo, tipica torrox de esa epoca. Con sus frenos, limpita, pero sin cables de frenos.
Embalado en una calle (en Jaén, solo hay cuestas), al tocar las manetas me di cuenta del tema, por mi inexperiencia en lugar del "freno de alpargata", utilicé "los frenos de pared". Cuatro puntos en el muslo y el dedo corazón, un mes entablillado.
Unos años mas adelante, en la cortijada de un familiar, había una bicicleta.
Cuando hacíamos una visita, cogía la bicicleta y me recorría una carril de unos 2 km hasta una carretera antigua para evitar las piedras del carril.
Para llegar a esta carretera había que pasar una carretera general y un paso a nivel sin barrera. Habitualmente la pasaba andando mirando varias veces.
Una de estas veces, (la ultima que pasé), lo hice montado en la bicicleta, miré en la carretera general pero no en la via del tren.
Inmediatamente después de pasar la via, un par de metro, oí: "Piiiiiiiiiiiiiiii uuuuummmmmmmmmmmmmmm". Pasó el trén.
Los 2 km del carril me los hice andando y no se me aflojó el esfinter de milagro.
No volvi a coger la bicicleta hasta hace 3 años.
Mi cuñado Miguel Angel, con bastantes años de bicicleta a sus espaldas, me llevó a la vía verde que aparece en las fotos de la quedada de Jaén y a los pocos meses me regalaron una Colouer.
Ésta la estrené a los días con lo que vulgarmente se dice aquí, un "guacharrazo". Por ese entonces 112 kilos esparramados por dicha via verde. Pequeño esguince de rodilla pero bien.
Esta vez no he tirado la toalla y sigo.
Con mi profe de cicloturismo, el señor Andrés Gomez, estoy disfrutando de todas las bajadillas de Jaén. Este curso, a ver si hay suerte y nos expandimos por Andalucía.
Perdonar este rollo.
Familia, espero que sirva de presentación.
No te enfades, esto es para divertirse.