Soy Carles hermano de “Bonneville”, que recientemente abierto un post sobre
ciertas dudas en la elección de una bicicletas de trekking, aunque llevo cierto
tiempo leyéndoos, nunca me había
decidido a opinar hasta que el ha colgado un post, entonces me he decidido a
presentarme.
Empecé
a leeros cuando decidí hacer el cambio de filosofía ciclista, pasarme (por
lesión de espalda) del BTT, al Ciclo Turismo.
Al principio mi idea era empezar por rutas cercanas he ir probando, sin pernoctar
fuera de casa, viajes tranquilos para adquirir confianza y experiencia, aparte
de recuperar una buena condición fisca que perdí después de dejar de fumar, el
exceso de peso se apoderó de mi y con 48
años cuesta más de restablecer. Mis dudas se incrementaron al tener que modificar mi BTT por una bici más
estilo trekking urbana, esta decisión la calibré después de
salir un domingo en plan “a fondo” con mis amigos y lesionarme por forzar en
exceso las lumbares, zona donde reside mi lesión, teniendo que pasar por “la enfermería” y pincharme anti inflamatorios y posteriormente
hacer reposo con medicación como ya os podéis imaginar porque seguramente lo habéis
padecido alguna vez.
Toda
mi vida había hecho bicicleta de montaña sin ningún problema, hasta que
apareció la lesión de espalda, y una molesta inflamación prostática
(prostatitis) que limitaba aún más mis
deseos de las dos ruedas con pedales, entonces me aconsejaron colgar la
bicicleta para siempre o cambiar “el chip”, y hacerla servir puramente para
ocio y paseo, al cabo de unos años sin montar en bici y con la ayuda de la
aparición y popularidad de las plegables , me entró el gusanillo de nuevo y decidí
comprarme una plegable, una magnifica y flamante “Tern” paso a formar parte de
mi nueva vida ciclista, gracias a ella
me abrió las puertas de nuevo a este maravilloso mundo del ciclismo, y
me hacia soñar repleto de esperanza en que estaba totalmente recuperado, ya que
no notaba dolor alguno, lógicamente por la posición de conducción y cambiando
el sillín y con culote, podía rodar sin problema alguno.
Pero decidí cambiar de velocípedo, con la tristeza
que eso conlleva, pues parte de ese dinero me serviría para la nueva adquisición,
tomé esa determinación después de observar que le exigía demasiado a una bicicleta
que aunque nunca me había fallado y respondía a la perfección, yo deseaba una
rueda de mayor circunferencia y más mixta para caminos, más cómoda para mi esfuerzo, no obstante guardo un grato
recuerdo de ella y de las múltiples satisfacciones que me dio. Así que con cierta cautela y un poco
dubitativo, me animé de nuevo con una BTT en plan “a modo de prueba” adquiriendo
una bicicleta de gama media- baja, y con un sillín adecuado para que descansara
cómodamente mi próstata, pero fue
entonces cuando pasó lo ya citado, con mis amigos y mi espalda, dándome cuenta que no podía hacer caminos en
plan bestia y vuelta a empezar.
Mi
reacción inmediata fue de fracaso,
decepción, y ciertas dudas en qué hacer, porque sabía que esto podría producirse
aunque no tan pronto, después de conseguir superar la molestia prostática quedaba
el otro reto del dorsal, y naturalmente el exceso de peso influenciaba
dificultando mucho mi dolencia.
Estaba
demasiado nueva para venderla, era perder dinero, y así entre tantos líos y
otros asuntos personales, se quedó aparcada
durante muchos meses hasta que decidí darle y darme otra oportunidad. Entonces
fue cuando calibré la modificación de mi “Massi”, empecé a recaudar información, (entre ellos
vuestra web) la idea era una bici más
para ciudad que era lo que más quería hacer y cuando consiguiera recuperar mi
peso optimo hacer alguna escapada, vías verdes etc.
Me
gasté algún dinerito, cambiando los neumáticos de tacos por unos más estrechos y mixtos, con cámara con gel anti pinchazos, un manillar de doble altura, un porta
equipajes, guardabarros, puños der silicona para no adormecerme las manos, la
practica pata de cabra y algún cambio más, y
sí noté mejora, iba más erguido pero
no lo suficiente, pero cuando llegaba a los 30km por ciudad y extrarradio ya notaba una
ligera molestia en la espalda, porque aunque modificas la posición de conducción
, no puedes modificar su geometría , ya no decidí haber ningún cambio más ,
hubiera podido cambiar su potencia por
una regulable, pero lo mejor era cambiar de bici por una de trekking, y ahora
la tengo parada de nuevo y puesta a la venta, porque para mí está claro que no
es, pero para una persona que no padezca ninguna lesión le funcionará
perfectamente.
Así
que aquí estoy… compartiendo mi historia con la esperanza de conseguir una bicicleta de trekking que sea
perfecta para mi salud y contento, tal y como os escribe mi hermano “Bonneville”
ya tenemos varias candidatas , y lógicamente vuestros consejos pueden ser de
una gran ayuda, lo que sí tengo claro es que no quiero esperar muchos días, porque quiero seguir disfrutando
del placer tan gratificante que conlleva montar en bici, como ya sabemos esa
sensación no se olvida nunca, y los obstáculos contados, jamás serán un impedimento ni una perpetua
renuncia.
Muchas
gracias y perdonadme por la extensión del texto.