Pues sí, por fin L abandonará tierras navarras. Eso sí no lo hará de la mejor manera posible sino dentro de una caja y en una saca de Correos, pobre... La cuestión es que ha sido imposible encontrar relevistas para acercarlo a Huesca, yo ahora mismo no puedo llevarlo y el tema se está eternizando. Lo siento mucho, L, he sido una anfitriona un poco desastre mientras que tú has sido un huésped maravilloso. Me cuidaste cuando estaba en el dique seco, operada de apendicitis...
Y me hiciste compañía durante mis rutillas invernales.
Al menos te llevas un pequeño recuerdo de tu paso por Pamplona: tu mochila de viaje que pedí al Olentzero por Navidad y que gentilmente te concedió. Sé que eso no compensa el desagravio de haberte metido en una caja de cartón, pero así es la vida, potxolo. Dentro de la mochila te he dejado lo que quedó del fondo de la última quedada, así podrás invitar a unas cervezas al próximo relevista. En fin, sólo me queda decirte que te he cogido mucho cariño durante estos meses, que me ha dado pena despedirme de ti y... ¡que te vaya bonito, guapo, a ti ya a La Espiral!
¡Bici, bizi, vici!