Antes de llegar a los 18 años la bici era mi "pueblo", todos los veranos me pasaban los días pedaleando sin parar y soñando con hacer viajes y rutas alrededor del país. Durante mucho mucho tiempo esas ganas permanecieron dormidas, pero ahora casi 15 años después el gusanillo ha vuelto con fuerza.
Siempre me gustó la bici como deporte, si bien cuando fui creciendo me sedujo su aire más ecológico y sostenible. Ultimamente le veo un cierto aire de rebeldía y de libertad que me hace sentir realmente bien cada vez que la pillo para ir al trabajo.