La bicicleta fue en mi niñez mi obligado medio de transporte, para llegar a la ciudad desde mi casa, que se encontraba a dos kilometros de distancia en medio del campo. Desgraciadamente cayo en el olvido con la compra de un ciclomotor a los 15 años y poco más tarde con el coche. Primero me avergonzaba desplazarme con 15 años en bicicleta en vez de ciclomotor, y más tarde me avergonzaba ir en ciclomotor en vez de automobil.
Después de 15 años vivo en Madrid me he liberado de los cliches y prejuicios anteriores y he vuelto a retomar mi bicicleta para ir diariamente al trabajo, e incluso desde hace un par de años es mi compañera de viaje: Ruta del Norte, Ruta del Danubio, Lanzarote y dentro de poco......Islandia :-)