Hasta que cumplí los 35 anduve en bici a lo que daba, es decir, siempre con la aguja en la zona roja. A partir de ahí deje las ganas de sufrir para las carreras por el monte y me dedique a disfrutar con una mtb saliendo a ritmo tranquilo con mi hijo Oscar. Ahora me muevo por la ciudad con una fixie y en vacaciones con mi burra de turismo.