Me gusta plantear el viaje como algo sin prisas y sin grandes esfuerzos, porque ni estoy capacitado ni mi cuerpo es de gran deportista (56 años). Soy un disfrutón al que le parece estar tocando el cielo cuando a mitad de ruta pilla una cerveza fresca o pilla un bocadillo de los buenos.
Mis viajes, por otra parte, rara vez han superado la semana y nunca las dos semanas, condicionado siempre por la familia y sobre todo por el calendario laboral.
Me gusta realizar entre 80 y 100 km al día, hasta 120 quizá pero, de ahí me parece una matada si en el medio hay puertos. Pues eso: que así soy. Y mi bici, una Kona Libre, gravel, de nombre "Lutxi" y que ha sustituido a una pesada de acero.