La ruta por Andalucía fue una gozada. Casi no toqué carreteras y las que rodé eran solitarias y sin apenas tráfico. Algunos tramos eran muy técnicos y de auténtica BTT, y hubo muchos en los que mi “Treki” no daba más de sí. Pero los paisajes y el entorno por el que se movían estos caminos recompensaron el esfuerzo y los malos ratos.
Mientras en el norte peninsular estaba callendo la de San Quintín, el sol y el buen el tiempo me acompañaban en casi toda la travesía andaluza. Digo casi porque no pude evitar el frío de Sierra Nevada, a mi paso por las Alpujarras granadinas, ni el fuerte viento de Cabo de Gata.