Nos despertamos al amanecer para acometer esta larga etapa de este día frío pero soleado. El desayuno en un bar en el primer pueblo grande de España nos volvió a la conocida realidad del tono alto al hablar y el humo de algunos cigarros.
Rodamos con buen ritmo entre dehesas y rapaces para llegar a comer a Herreruela.
Antes de entrar en Cáceres nos desvíamos a la estación de tren de Malpartida de Cáceres donde comprobamos que conocío los tiempos mejores en que el tren no estaba tan arrinconado por el vehículo privado.