Tras un copioso desayuno nos dirigimos con rumbo sur intentando esquivar carreteras principales. El tiempo acompaño y la lluvia nos respetó.
Tras subir un puertecillo de la sierra de la Garduña visitamos brevemente Alpedrinha (Alpedrete para algunos) y Castelo Novo, otra aldea histórica portuguesa.
Lamentablemente la lesión de rodilla de un miembro del pelotón no le permitió dar más pedales y tuvo que ser "retirado" a su palacio de invierno.