Esta travesía se llevó a cabo desde el día 2 de enero al 12 de marzo de 2015.
La climatología, en general, fue perfecta al aprovechar el verano austral. Buenas temperaturas en todo el recorrido aunque fueron ligeramente bajas (cerca de los 10º) en Tierra de Fuego y en las etapas cercanas a O’Higgins. De ordinario fue una temperatura perfecta para pedalear, con matinales sobre los 14/18 grados y máximas de unos 20/22 grados. Las noches fueron moderadamente frescas. Los cielos despejados casi siempre con nublados claros en menos del 5% de las etapas. Tan solo llovió ligeramente en tres jornadas de las 37 etapas-No llegó a llover en ningún momento de la travesía. Sin duda el elemento del clima más influyente fue el viento. Endiablado en casi todas las etapas al sur de Calafate (unos 1.000 km) a pesar de tenerlo casi siempre a favor o de través. Con sinceridad, no es buena idea pedalear al sur de Calafate. El esfuerzo no se ve recompensado por un paisaje desértico y extenso que podría visitarse, en mejores condiciones, con otros medios de transporte. El estudio preliminar del viento en la zona recomendó hacer los dos primeros tramos entre Calafate y Usuaia en sentido sur para minimizar el viento en contra que suele ir de noroeste a sureste.
Se emplearon treinta y siete jornadas con numerosos descansos repartidos homogéneamente hasta emplear 67 días de travesía en total. Dada la longitud del recorrido, 2.367 km, se concibió el viaje en 5 grandes tramos. Las etapas comenzaban de ordinario entre las 9:00 y las 11:00 de la mañana, ya en ruta, y terminaban entre las 15:30 y las 18:00 Esta organización permitía descansos entre etapas de al menos 15/16 horas cada día. 8 horas de singladura diaria con 6 de pedaleo ha sido la configuración más habitual. Notablemente las etapas fueron más cortas en el ripio en mal estado del sur de Chile.
Se recorrieron aproximadamente 2.400 kilómetros con etapas de una longitud muy desigual que normalmente estuvieron entre 65 y 80 km. al día. Excepcionalmente un día fueron tan solo 24 y otro 135 km. como casos extremos. La dificultad es media/baja, salvo en las zonas citadas de viento que en que la dificultad es alta y lo mismo puede decirse de algunos largos tramos de ripio. La travesía discurre en su mayor parte ceñida al extremo sur de la Cordillera de los Andes, en la fachada árida del este. No hay subidas y bajadas de importancia. Las altitudes a superar oscilan entre los más habituales 180/200 metros, algunos pasos como el Garibaldi de 500 metros y un tope de 800 en la región chilena de Aysen.
Los dos primeros tramos hacia el sur son mesetas bajas casi planas y desérticas. Ya de camino al norte la cercanía a los Andes es mayor con valles profundos y abundante vegetación y cursos de agua.
La bicicleta ha sido una híbrida alemana de Cube, la nature pro, estrenada para la ocasión, de 645 euros de precio de compra, con 10 piñones y tres platos, cambio delantero deore y trasero xt. Los frenos de disco. Sobre la original se montaron cuernos, trasportín topeak touring y alforjas ortieb city. Los neumáticos fueron maratón plus de 36 atrás y 32 delante. Suficientes para el ripio y buenos rodadores en asfalto.
También se añadieron dos soportes para agua, uno para bomba de hinchar y un triángulo para las herramientas. El peso final del conjunto bici y sus accesorios era de 18,3 kilos (14,9 solo la bici en la talla más grande 62)
El equipo de seguridad estaba compuesto por un casco de Lidl, chaleco reflectante naranja, cubre equipaje reflectante y espejo retrovisor. Como protección solar indispensable se empleó el aceite de protección 30 de Mercadona. La prevención de rozaduras se hizo con vaselina para hacer la etapa y abundante talco después de la ducha en las horas de descanso.
El equipaje fue ligero habida cuenta de que contenía protección contra el frío. Incluía mochila con vestuario y aseo, colchón ligero, tienda Vaud Hogan ultraligera y saco medio. Llevaba material para cocinar ligero pero completo. El peso del equipaje era de aproximadamente 13 kilos.
El ciclista hizo la travesía en solitario. 60 años de edad, 194 cm. de estatura y 93 kilos de peso. Práctica cotidiana de la bicicleta. Moderada buena forma física y buena salud. No padecí más problema que una infección leve de orina que probablemente fue provocada por las penosas condiciones del ripio entre Cochrane y Cohiayque
La alimentación es difícil en Patagonia. En Argentina los pueblos están muy distantes unos de otros y en Chile, además de la distancia, se une el desabastecimiento. No hay en la ruta bares ni restaurantes, salvo contadísimas excepciones, y los alojamientos tan solo en las ciudades. El desayuno se hacía fuerte a primera hora, dulces, pasteles y papilla de agua caliente con avena, azucar y chocolate en polvo. Bocadillos de mortadela/jamón york y queso para las comidas en ruta. Cenas abundantes a la llegada con carne o pescado, huevos, patatas y fruta si era sitio poblado y el monótono arroz con atún si se acampaba a la intemperie. La bebida a base de agua embotellada y te. Ha sido muy difícil obtener agua en ruta en las etapas argentinas, por lo que de ordinario salía a la ruta con más de 4 litros de agua.
La navegación no da ningún problema. Patagonia está muy despoblado así que de ordinario hay una sola carretera. He seguido mis propias hojas de ruta preparadas antes de viajar a América con soporte google maps, wikiloc y los testimonios de otros viajeros. Una valoración detenida de cada etapa mediante google maps (opción relieve) en el descanso de la víspera es muy útil. La señalización de las carreteras es buena y el tráfico es siempre peligroso aunque no denso. En Argentina los vehículos más abundantes son 4x4 y viajan a grandísima velocidad. Reforcé mi señalización con una bandera blanca y amplia.
Sobre las emociones, fotografías y algunos valores de cada etapa hay una mención suficiente en las entradas de mi blog “400 días” referidas a la travesía. Siguen ahora algunos datos útiles sobre los aspectos ciclistas de cada etapa:
