El segundo día, salimos aún más tarde que el primero, a las 11:30, ya con el sol pegando fuerte. Recoger la tienda, preparar las bicis, desayunar (si os quedáis en ese camping, os recomiendo desayunar en otro sitio) y en marcha.
Empezamos el camino por la Vía Verde que lleva a Oropesa en 5,5 kms. El paisaje es precioso, con calitas a nuestra derecha. La vía está muy cuidada y se agradecen las pocas sombras que nos encontramos y el túnel que nos protege del sol hacia el final. En el mismo paseo de Oropesa, visitamos la oficina de turismo y decidimos coger el camino de la costa hasta llegar, y pasar, Marina d'Or. Este tramo está lleno de edificios enormes y mucho turismo. Con todo, el paseo es tranquilo, con mucho carril bici.
Pasado Marina d'Or, ya en la playa de Torreblanca, nos metemos por un camino de arena de playa y, al poco, me doy cuenta de que he pinchado. Nos salva que llevo líquido reparador de pinchazos y sólo tenemos que detenernos unos minutos bajo el calor.
Seguimos nuestro camino entre huertos y pasamos por una playa nudista en un parque natural, en la que nos detenemos a darnos un baño y refrescarnos. Por esta zona, no hay tantos pueblos o locales, por lo que es recomendable ir bien provistos de agua.
La siguiente parada la hacemos en el bar Pitu, en Torrenostra, donde nos comemos un bocadillo de atún con olivas que está riquísimo. Mi rodilla izquierda ya empieza a acuciar el esfuerzo y a quejarse.
Desde allí, 10 kms más hasta llegar a Alcossebre, al hostal El Tossalet. Es un lugar alejado del núcleo urbano, en la misma carretera, modesto pero muy acogedor. Nuestra habitación tiene unas vistas preciosas al mar, y junto a la terraza hay una piscina estupenda para refrescarnos.