Ha llovido toda la noche y por la mañana sigue cayendo. Tenemos pensado coger el tren de Flam prontito pero no quedan billetes, solo quedan para las 12.20 pero tenemos comprado el ferry a Bergen para las 15.30 y no queremos pillarnos los dedos con la hora, así que optamos por dar un paseo en bici camino arriba, durante unos pocos kms.
El ferry a Bergen es un barquito sólo para pasajeros, muy cómodo y rápido. Para embarcar sufrimos los malos modales de una familia noruega que va en bici. No sé si al darnos continuos golpes y empujones en la fila pretendían que pasáramos por encima de los de delante o ellos pretendían pasar por encima de nosotros. Paciencia...
El barquito va rapidísimo, tarda 5 horas en llegar a Bergen y el trayecto es bastante chulo. A medida que nos acercamos al mar los fiordos se van abriendo y las laderas se van suavizando, pierden verticalidad y vegetación. Además volvemos a ver algo de sol! Al salir al mar nos vamos dirigiendo al sur pegados a la costa, entre islas pequeñas pero habitadas, por canales a veces estrechitos.
Llegamos al puerto de Bergen casi a las 21h, y sin entretenernos partimos en busca del camping, que está a unos 20 km del centro. Nos resulta difñicil dar con el camino correcto, pero gracias a las indicaciones de algunos lugareños conseguimos dar con un camping, aunque no el que buscábamos. Eso sí, después de sufrir bastante estrés circulando de noche por la carretera sin arcén un buen rato, sin saber a ciencia cierta si estábamos en el camino correcto.
