El hostal es muy grande pero aquel dÃa sólo estamos alojados dos personas y nadie del hostal se queda por la noche. El desayuno es abundante pero muy tarde. La tarde anterior habÃa conocido al cura que regenta el hostal del santuario y cuando ya estoy para marcharme aparece y se ofrece a enseñarme el santuario. Lo más espectacular es una capilla prerrománica y la cueva donde reposa la figura de la Virgen de Montes Claros. Al parecer, cuando los musulmanes invadieron la penÃnsula, los cristianos se refugiaron en esta zona, portando con ellos sus estatuas. Al tiempo, un pastor que vio que un toro se habÃa roto una pata, al acercarse descubrió la estatua de la virgen, y en torno a ella construyeron el santuario. Una visita muy interesante que le agradezco profundamente pero que hizo que me dieran las 10.30 sin empezar a andar.
El dÃa empieza bien, deshaciendo los últimos kilómetros de ayer, es decir, bajando, hasta Aldea de Ebro. Aquà se acaba la tranquilidad. Al salir de Aldea me adentro por un sendero con fuerte pendiente y suelo muy destrozado por las motos y las vacas, poco ciclable y muy duro. Ya casi arriba salgo a un camino y al poco llego a Loma Somera.
De allà en una rápida bajada llego nuevamente hasta el Ebro y ya junto a él por una senda en ocasiones complicada llego a Aroco y de allÃ, pasando por una loma, y cogiendo un sendero muy roto llego a Bárcena de Ebro. De aquà toca subir a Otero por un camino en esta ocasión ciclable pero muy duro y exigente.
Nuevamente desciendo, casi todo por un camino poco rápido para salir a Cubillo de Ebro y de allà por un mejor camino a Villanueva de la NÃa. Era la 13.30 y a penas habÃa hecho 25 km.
Cada vez los repechos son menos exigentes pero las sendas suelen ser lentas, asà que un poco de terreno rompepiernas y llego a Cuillas del Valle y después a Olleros de Paredes Rubias, que tienen la curiosidad de ser dos enclaves pertenecientes a Palencia. Los próximos kilómetros siguen siendo de subidas y bajadas, pero la verdad que cada vez menos exigentes. Buena parte caminos, pero también con senderos, a veces con emboscadas. Asà hasta llegar a Polientes.Â
Por un camino ya más llano y agradable avanzo siempre cerca del rÃo. Una valla con pintas de estar electrificada corta el camino  y tengo que saltarla como puedo. A parte de esto, el camino es ya mucho más agradable y simpático. En San MartÃn de Elines puedo ver la Colegiata Románica.
A partir de aquà el Ebro empieza a encañonarse y a ganar en belleza. De Villaescusa de Ebro se sale por un camino que va a parar a un antiguo molino, pero después de allà se entra en una senda preciosa, entre el agua y la piedra, por medio de un frondoso bosque. Sencillamente espectacular. De vez en cuando hay que desmontar para pasar algún tramo complicado, pero muy bello.
Asà sin darme cuenta entro en Burgos por Orbaneja del Castillo, un pueblo espectacular. El apellido de Castillo le viene por las rocas almenadas que presiden el cañón, pero lo más bonito de todo es un rÃo que nace en el mismo pueblo y que en tan solo unos metros llega al Ebro pasando por una espectacular cascada. Mi intención no era quedarme aquÃ, pero ya es tarde. Sólo he hecho 54 km, pero el dÃa ha sido largo.
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DIFICULTAD: Alta. El dÃa va de más a menos. Los primeros kilómetros son duros y muy lentos, pero a medida que se avanza se van haciendo más llanos y llevaderos.
CICLABILIDAD: 97%. Lo peor es la subida a Loma Somera. Luego son lugares puntuales.
BELLEZA: Muy alta. Más bella cuanto más te acercas al cañón del Ebro. El cañón y Orbaneja del Castillo son espectaculares.
PERNOCTA: Casa rural El Abuelo. Recomendable. Alquila por habitaciones. Habitación muy cuca y situada en un marco incomparable, junto a la surgencia del rÃo y la cueva. Bajo la casa está el bar, donde se pueden comer buenos platos combinados.