Salgo de Calahorra con la fresca y desciendo junto al rÃo Cidacos hasta el Ebro. Al llegar a él, en la misma tónica del dÃa anterior, voy siempre que se puede por el mazón de contención del rÃo, a mi izquierda el Ebro, a mi derecha los frutales, con los perales destacando. También alguna chopera, que con el brillo del agua se vuelven muy bucólicas. Entre el mazón y caminos de parcelaria llego a las afueras de Alfaro, donde se prepara el lÃo del dÃa.
HabÃa quedado con una amiga muy cerca de allÃ, en los Sotos del Ebro, un lugar estupendo para la observación de aves, donde estaba trabajando como guÃa, dirección hacia la izquierda, en contra de las señales. Asà que voy para allà y pronto veo que también hay postes por este camino, asà que no hay problema. Después de la visita y con algo de pereza llega el momento en que tengo que reanudar el camino. Siguiendo los postes y mi GPS voy rodeando los sotos hasta llegar a una encrucijada. Al llegar a la desembocadura del Alhama las señales desaparecen y mi única guÃa es mi GPS. En la inocencia de mi segundo dÃa de aventura todavÃa pensaba que los traks bajados del Ministerio de Agricultura correspondÃan fielmente a la realidad y que si dicen que hay un puente para cruza es que lo hay. Pero allà sólo habÃa una senda muy sucia por la que acabé metiéndome para ir a ninguna parte. Tras probar varias salidas, acabé encontrando un acueducto que cruzaba el rÃo y que daba tras un talud a la carretera.
HabÃa cogido tal desorientación, que me pensé que estaba a las afueras de Castejón, pero después de un paseo por el pueblo me di cuenta de que aún estaba en Alfaro, habiendo perdido mucho tiempo y energÃa. Allà vi unas marcas del GR99, las que venÃan de la opción de la derecha.
Las retomo, llevándome por la carretera, pero pronto me meto por una chopera a la izquierda donde las indicaciones vuelven a ser confusas. Cruzo por primera vez al margen izquierdo y emprendo camino a Tudela, por encima del mazón. Este camino , siempre llano, siempre junto al Ebro, muy rectilÃneo, con el calor apretando, se hace muy tedioso. A mi derecha el Ebro, a mi izquierda a lo lejos Valtierra y Arguedas. En medio fincas inmensas labradas o con cultivos bajos. Atrás quedaron los frutales de La Rioja. Al fondo, las Bárdenas Reales. El paisaje ha cambiado completamente y los kilómetros hasta Tudela se hacen largos.
Voy retrasado asà que no me detengo mucho en Tudela y enseguida llego al Bocal, un lugar de esparcimiento muy agradable, donde nace el Canal Imperial.
Casi siempre por el mazón, llego a Buñuel, final de la etapa. Pero allà descubro que el hostal está cerrado o al menos eso parece. Después de que nadie me sepa decir nada e incluso de tratar de contactar usando el listÃn telefónico local ordenado por motes, decido seguir hasta el siguiente pueblo.
Las fuerzas flaquean, pero con calma me acerco a Buñuel, siempre por el mazón. De repente el camino empeora súbitamente y sin darme cuenta estoy metido en un terreno lleno de pinchos. Estoy a las afueras de Novillas, oigo a los niños jugar en el parque, estoy agotado y con el sol cayendo, pero no me queda otra que ponerme a arreglar la docena de pinchazos que llevo entre las dos ruedas. Ya en el pueblo descubro que tampoco hay alojamiento, asà que no tengo que estrenar la tienda de campaña, que instalo a las afueras del pueblo. Una señora asustada al ver dónde iba a pasar la noche tuvo la gentileza de traerme un bocata del que di buena cuenta. Sólo ese bocata hizo que el dÃa fuera fabuloso.Â
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DIFICULTAD: Media-baja. La mayor dificultad radica en la kilometrada y en las energÃas perdidas tratando de cruzar el rÃo Alhama.
CICLABILIDAD: 99%. Cruzar el rÃo Alhama me supuso tener que apearme para cruzar por el acueducto y subir hasta la carretera.
BELLEZA: Baja. Los campos de frutales se cambian por inmensos campos de cultivos herbáceos y tierras labradas. Las montañas de fondo son muy agrestes. Los pueblos van ganando en austeridad a medida que avanzo. Los sotos de Alfaro, Tudela y el Bocal salvan la belleza de la jornada.
PERNOCTA: Acampada libre.
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