Anuncian lluvias para toda la semana, pero aún así me llego a Estella, donde comenzaré el viaje. Aquí me doy una vuelta para impregnarme del ambiente peregrino y después voy a buscar el comienzo de la vía verde vasconavarra a las afueras de Estella. Los primeros km están bien acondicionados, llenos de paseantes, con túneles y trincheras. Muy bonito, pero dura tan sólo 3 o 4 km. Enseguida se sale a un camino regulero y pronto a la carretera.
Unos metros de carretera y enseguida llego a Zubielqui. En el siguiente tramo hasta Murieta la vía verde está desaparecida así que tengo que coger un camino agrícola que me lleve hasta Murieta. Aquí hay algunas cuestas que no son muy duras pero que ayudan a entrar en calor. Después de pasar por un carrascal llego a Zufía y luego una nueva subida. Tras ésta desciendo hasta la carretera pero sin salir a ella entro en la vía verde a la altura de Murieta.
A partir de aquí durante muchos kilómetros el camino es un falso llano muy suave. En Acedo hay que dar un pequeño rodeo pero enseguida se coge de nuevo la vía verde y al poco se llega al túnel de Arquijas, de 1400 m. Las luces se encienden a medida que avanzas, aunque algún tramo no funciona y me quedaría completamente a oscuras de no ser por el paso de otros ciclistas.
El camino vuelve a ser muy rectilíneo. En un momento dado la vía verde desaparece y sale a una carretera, que en poco tramo me deja a la entrada de Antoñana. Aquí hay un tren que hace las veces de museo, punto de información y lugar de alquiler de bicicletas. Cruzo la carretera por una pasarela y continúo. Cada vez es más gente con la que me tropiezo, andando, en bici, solos, en pareja, en grupos, familias, jubilados... da gusto. A la altura de Atauri hay que cruzar nuevamente la carretera. El camino es ahora bastante humbrío. Atauri son cuatro casas que se pasan por debajo por un túnel. El camino serpentea entre las montañas. Un nuevo cruce de carretera y se llega a Maeztu.
Un túnel después llego al final de la vía. A partir de aquí el camino sigue sin acondicionar hasta un túnel muy largo que está derrumbado por la cantera que se sitúa encima. Salgo a la ermita de Santo Toribio. Como el tunel de Laminoria está cortado, toca pasar el puerto de Gereñu para conectar al otro lado con la vía verde. El puerto se sube por la carretera en el primer tramo. A ratos la cuesta es dura, pero se sube bien aunque aprieta el calor. No hay tráfico. A media subida se sale a un camino. Aquí las cuestas son mucho más duras y se entra en una zona de toboganes de fuertes pendientes tanto para arriba como para abajo. Llego a lo alto del puerto de Gereñu donde el paisaje cambia radicalmente. Los primeros metros de la bajada son de roca y hay que hacerlo descabalgado, pero de ahí se entra en un hayedo con una bajada muy bonita al final de la cual conecto con la vía verde.
De aquí me vuelvo dirección Estella para acercarme a la boca del túnel de Laminoria. El último tramo se supone que está cortado pero se puede pasar. Vuelvo sobre mis pasos. La vía es ahora un falso llano muy favorable que se hace con rapidez. Durante unos kilómetros me siguen acompañando las hayas y el paseo se hace muy agradable.
A la altura de Gauna las hayas desaparecen y en su lugar aparece la llanada alavesa, una gran extensión de cultivos en los alrededores de Vitoria. El camino es ahora muy rectilíneo y plano. Cerca de Vitoria, la vía verde sale a una carretera con mal tráfico, pero en un par de kilómetros se puede rodar por un paseo y ya por carriles bici y dando un pequeño rodeo entro en Vitoria.
DIFICULTAD: Baja. Es todo falso llano, a escepción del puerto, que sólo son 200 metros de desnivel, la mitad de ellos muy asequibles.
CICLABILIDAD: 99%. Sólo hay que echar pie a tierra 5 metros al comienzo del descenso del puerto de Gereñu.
BELLEZA: Media. La belleza en sí radica en la propia vía verde, en su parte Navarra, con sus túneles y puentes. También el descenso del puerto. Vitoria está también muy bien.
PERNOCTA: Albergue de la Catedral. Recomendable. Habitaciones compartidas. Céntrico. Limpio. No hay desayuno.