Previo paso por el centro de Praga para hacernos la foto de rigor con las bicicletas cargadas, iniciamos el camino saliendo por los barrios de la periferia del sur de Praga. Se trata de un recorrido muy agradable, con numerosos parques alejados del bullicio del centro histórico. Abandonamos Praga y comenzamos a circular a través de carreteras secundarias, atravesando Jesenice y Pruhonice con su palacio neorrenacentista, y llegamos, por fin, a nuestro primer destino en Tynec nad Sazavou.
Tynec nad Sazavou se trata de una pequeña localidad (5 mil habitantes) sin más encanto que su castillo del siglo XII, y el propio edificio donde se encontraba nuestro hotel, que en el pasado, albergó una fábrica de cerámica. Cenamos en el único lugar que encontramos abierto, una pizzeria que nos sorprendió gratamente.
En Tynec nad Sazavou, nos alojamos en el Hotel Tynec (53eur, habitacion doble con desayuno). Se trata de una especie de residencia de estudiantes que en verano se habilita como hotel. Buena relación calidad precio y espectacular desayuno que te suben a la habitación.