La mañana amaneció lluviosa en Bratislava, por lo que dejé la bici en el albergue y me dispuse a visitar el centro histórico a pie. Luego la ciudad resultó ser más grande e interesante de lo que esperaba, asà que a mediodÃa decidà que le dedicarÃa la jornada completa. Esto me permitió relajarme y acabar viendo la ciudad desde una perspectiva más amplia, especialmente cuando por la tarde cogà la bici de nuevo para explorar la zona del castillo y el monumento de Slavin, ya fuera del bullicio del centro. Al anochecer, pregunté en el albergue por un restaurante recomendable donde darme una homenaje y asà acabé la jornada con una cena estupenda en el Slovakian Pub.