De Grindelwald subí por camino a la Kleine Scheidegg, bajo el Eiger. Por camino bajé a Wengen, y por trialera a Lauterbrunnen. precioso. Día radiante, calor.
Por camino- sendero, llegué a Interlaken, en donde proseguí por una vía verde nada convincente al principio (al lado de una autopista), pero que se volvía fantástica más tarde, siguiendo un lago. Al fondo del lago se percibía la tormenta. Allá me dirigía.
En Spiez, la tormenta era impresionante; en pocos minutos el paisaje cambió radicalmente. Opté por evitarme la carretera fastidiosa y el aguacero tomando un tren hacia Boltigen. Al apearme, me vi incapaz de dirigirme al pueblo a causa de la tormenta que caía. Pasé la noche en un cobertizo annexo a la estación.
Foto: empujando la bici, bajo la silueta del Eiger, como los protagonistas de "Cara Norte".