Seguimos camino con bastante calor. La mañana despunta con el hermoso pueblo de Nerac en nuestro camino, donde hacemos fotos y nos abastecemos de repuestos para la bici. El terreno es más cómodo que otros días. Así llegamos a Agen, cruzada por el enorme río Garonne, moderna ciudad sin encanto especial a destacar donde paramos a comer.
La tarde, con un calor casi agobiante, transcurre sin demasiado que destacar, hasta que llega nuestra siguiente cita de las aldeas más bonitas de Francia: Pujols le Haut. Encantadora aldea fortificada en lo alto de una colina que domina el valle del Lot. Tras un breve y rápido descenso, llegamos a otra de las joyas del viaje: Villeneuve Sur Lot, pequeña ciudad de una arquitectura y sabor muy embriagadores, con preciosas fotos sobre los puentes del río Lot que la cruza, y que da paso a la zona a mi juicio más espectacular de nuestro viaje.
Para rematar la jornada, alargamos aún más la tarde para hacer noche en hostal en otro de los pueblos más bonitos de Francia: Monflanquin. Inolvidable la cena homenaje de cocina lugareña que nos pegamos en un restaurante en mitad de la plaza central de este precioso pueblo medieval. Medicina santa para la moral.