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IV-2006: ¿DÓNDE ESTÁ LA PLAYA?

  • 7 de July de 2006
  • 392 kms

Cuarto año. Vuelta a donde lo habíamos dejado, a Prades. Como prácticamente hemos de recorrer desde casa casi todo el Pirineo hasta el Mediterráneo, hemos decidido hacer la noche del viaje de ida en Puigcerdá y a la mañana siguiente acercarnos a Prades. Pasamos noche en Can Marrufés, una magnífica masía preparada como agroturismo. Cuando llegamos por la noche, no tenemos ocasión de apreciar nada, pero al amanecer nos percatamos de lo magnífico del lugar, de las preciosas vistas hacia el Puigmal y de la amabilidad del propietario.Este año comenzaremos con una vuelta circular desde el valle del Têt por el col de Jou al norte, al valle del Aude y vuelta hacia el sur al del Têt por Aussieres y Roc Jalère, para pasar por Paloumères al valle del Tech, llegar al Mediterráneo y volver valle arriba del Tech hasta cruzar por Ares a la parte sur de Cataluña y terminar en el valle del Freser. Será el año en el que lleguemos al Mediterráneo.Tras dos en los que hemos pedaleado con tiempo fresco, nublado, incluso algo de sirimiri, volvemos este año de 2006 a sufrir los apretones de Lorenzo el Inclemente que nos hará sudar la tinta gorda.

16ª etapa: CATLLAR-GINCLÁ (91 km)

Para comenzar, un auténtico viernes “de pasión” para el cronista, uno de esos días en los que las circunstancias se confabulan para que antes de coger ritmo ya estés roto. En lugar de comenzar en el mismo Prades, preferimos hacerlo desde Catllar, que está unos cuatro km más adelante; al ser más pequeño, tendremos menos problemas para dejar el coche en cualquier esquina, y además, salimos ya enfilando la ruta que habremos de seguir. Entre una cosa y otra, es ya mediodía para cuando comenzamos a pedalear, hace calor y sopla un fuerte viento de cara que nos va a dar la subida, pues nada más comenzar nos toca el col de Jau (1513). Además, soy yo chofer, con lo que subiré el col y volveré a por el coche.

Salimos de Catllar por la D14. Son 23 km de subida por una carretera bonita y pasando por pueblos bien hermosos (Molitg, Mosset), pero el fuerte calor, el viento de cara y ponernos a subir nada más empezar me dejan fundido. Aunque no hay pendientes duras salvo los últimos cinco km, en total son casi 1200 m de desnivel los que se vencen, y para cuando consigo llegar estoy poco menos que muerto. Salvo los últimos km, la carretera va remontando el valle del río Casteillane, entre prados, pinares y montes. Al final, se llega a la campa cimera desde donde se divisa la bajada hacia la vertiente norte. Ha sido un llegar por “narices”. Comer algo, y cuando los verdaderos ciclistas se echan hacia Axat, yo me quedo tumbado en la hierba un buen rato y luego vuelvo a por el coche.

Suben a continuación el col de Garavel (8 km y 1262 m), no muy duro según comentan luego, y tras el largo descenso hasta Axat, salen a la D117 en la rotonda del Pont d’Aliés donde siguen a derecha. En este punto hay una gîte. Les quedan los cinco km de la tachuela del col de Camperié (534 m), una larga recta con buen arcén, pero en una carretera con bastante tráfico, con lo que hay que ir con cuidado. Luego, bajada a Lapradelle, pueblecito al pie de las imponentes ruinas del castillo cátaro de Puilaurens, y teórico fin de etapa. Ocurre, sin embargo, que no encontramos alojamiento, y hemos de seguir adelante comiéndonos el inicio de la siguiente etapa.

Dejamos la D117 en Lapradelle y salimos por la derecha, por la D22, hasta Ginclá, otros siete km en suave pero constante ascenso. Llegada, ducha, cena..., lo habitual en estos casos. Ha sido un día bastante duro, 91 kilómetros con mucho viento y mucho calor, pero de preciosos parajes, pueblos roqueros y castillos cátaros en una zona, para nosotros que venimos de la otra punta del Pirineo, absolutamente desconocida.

17ª etapa: GINCLÁ-VALMANYA (73 km)

Sábado. Salimos pronto, pues se anuncia otro día de calor tremendo. De chofer hará Joseba. Al igual que la víspera, hoy también comenzamos subiendo, esta vez por la D22, hacia el sur, otra vez hacia el valle del Têt, por el col de Aussiéres (1046 m). Se atraviesa Montfort y tras 11 km bastante llevaderos -salvo uno al 7%- y en la umbría matinal, resulta una subida agradable.De aquí bajada, ahora por la D2. Carretera prácticamente desierta, bosque mediterráneo, mañana clara y soleada..., una delicia. Un km antes de Rabouillet hay un cruce en el que hay que seguir por el ramal de la derecha. Se atraviesa Rabouillet y se llega a Surnia (aquí también hay gîte). Pequeña parada para juntarnos con el chofer, comprar pan, llenar los bidones en la fuente de la plaza y salir desde este punto a laderecha por la D619, bajar hasta el fondo del valle sobre el que se asienta el pueblo, cruzar el río y vuelta a subir, esta vez el col de la Roc Jalère (991 m, 8,5 km).

El calor aprieta ya y es una subida sin apenas sombra, por un terreno pelado y rocoso, y con unos primeros cinco km al 7-8% bien potentes. La subida es bonita, con revueltas y fuertes repechos, y desde la cima una impresionante vista sobre el macizo de Canigó, al otro lado del valle del Têt. La bajada es algo más larga, casi diez km, con buena pendiente, sobre todo los primeros cuatro. La carretera transcurre cortada sobre los barrancos y al final salimos a la D14 un km arriba de Catllar, el pueblo del que partimos la víspera. Una vez aquí, sin bajar hasta Prades, cogemos a izquierda la D24 que discurre junto al río Têt, y tras pasar Eus, llegamos frente a Marquixanes, que está al otro lado del río. Nuestra intención era volver a subir hacia Aurboussols para, tras dar una buen rodeo, salir otra vez en este punto, pero con el calor que hace decidimos acortar saliendo a la N116 para, tras tres km por el arcén de esta carretera nacional, desviarnos a Vinçá y afrontar la última subida del día: Valmanya.

Antes de comenzar la cuesta, a la sombra de unos pinos a la salida del pueblo, comemos y descansamos.Nos quedan 16 km de subida de gran parte del col de Palomère, justo hasta la gîte de Valmanya, que va a ser el fin de etapa de hoy (840 m, casi 600 m de desnivel). La subida es bastante suave hasta Baillestavy (11,5 km), y los últimos 5 son al 6%. Nada del otro mundo, pero con lo que calienta y con que es el tercer puerto del día, pues tiene su aquel.

Tomamos la D13, ruta que serpentea por un estrecho desfiladero poblado de monte bajo y matorral, típico mediterráneo. Se pasa Joch, donde la carretera vira a la derecha, se deja Finestret abajo a derecha y se abandona el llano para definitivamente comenzar lasubida. La carretera asciende colgada a mitad de la ladera y llega a Baillestavy, donde paramos a tomar un café en una terraza (gîte también aquí). En el tramo que nos queda hasta Valmanya el bosque es más cerrado y la cuesta mayor. Al final, 73 kilómetros. En la gîte, además de la bellísima y amabilísima señora que la administra, hay otro grupo de ciclistas franceses. Ducha, cena en alegre camaradería y al sobre, que estamos en víspera de llegar al mar.

18ª etapa: VALMANYA-LAS ILLAS (124 km)

Domingo. Chofer, Jabi. Nos hemos dejado el frigo de asalto que llevamos en el coche enchufado y este ha amanecido sin batería (¡y aparcado cuesta arriba!). Unos empujones para darle la vuelta y enseguida ha arrancado.

Nos ponemos en marcha para afrontar, tras una pequeña bajada de kilómetro y medio, los últimos cuatro del col de Palomère (1036 m). El último tramo lo hacemos junto a un “anciano” del país que sube a todo trapo. Una vez arriba, más o menos todo va a ser bajar hasta el mar. Tras 4 km cruzamos La Bastide, donde Iñaki pincha (gîte cerca). Luego viene la pequeña subida del col de Xatard (752 m, 4 km, 2%), donde salimos a la D618. Cogemos a izquierda en dirección al col Fourtou. Pasamos junto a la Capilla de la Trinidad, y una vez en Fourtou (en el sentido que llevamos no hay subida), nos dirigimos por la D13, a derecha, pasando por Calmeilles y por Oms, al col de Llauro (380 m). Es un tramo de 12 km de bosque mediterráneo en el que estamos bajando continuamente. En el col de Llauro, cogemos la D615 a la izquierda, y tras pasar por el pueblo del mismo nombre, llegamos en 6 km a Fourques. El descenso prácticamente ha terminado. En Fourques cogemos a la derecha por la D2, y tras pasar junto al antiguo Priorato del Monestir del Camp, llegamos hasta Villemolaque. Aquí la carretera pasa por encima de la autopista y luego cruza la N9 (¡cuidado!) y llega a St.Jean-Laseille. Desde aquí a Brouilla, y luego, a izquierda por la D40, pasando por Ortaffa, hasta Elne, donde nos volvemos a juntar los cuatro para comer algo y decidir donde pisamos playa. Vamos hasta Tour Bas-Elne, salimos a la D81 que corre paralela a la costa y giramos a derecha, al sur, hacia Argèles. Antes de llegar aquí, avistamos una pista que se arrima al mar, y por ella llegamos a una playa medio salvaje: ¡fin de la primera parte de nuestro viaje! Nos queda volver a Hondarribia por el sur del Pirineo.

De vuelta a la D81, llegamos a Argèles, y aunque nos cuesta un poco dar con la ruta adecuada, encontramos la D2, que en 7 km, nos lleva a Sorède. Nuevo café de terraza, y vuelta a la carretera. Laroque-des-Alberes, Villelongue-des-Monts, Montesquieu (donde hay otra gîte) y salida a la D618, esta ya con bastante tráfico. Hasta aquí la carretera transcurre entre la línea de montes y el llano, a media ladera, con continuas subidas y bajadas, bastante bruscas algunas de ellas. De todos modos, nos queda lo peor, pues tras bajar a la D618 y seguirla a la izquierda, salimos en seguida a la N9: rotondas, cruces, pasos elevados, tramos sin arcén e intensísimo tráfico (estamos a tres km de la frontera)…, un follón del que por fin salimos, y vivos, al desviarnos a Maureillas-las-Illas. No nos esperábamos un cisco de semejante calibre; por supuesto, de volver a intentarlo es un tramo a evitar a toda costa.Ya solo nos quedan los 9 km de subida a Las Illas (550 m).

En Maureillas seguimos por la D13, cortada sobre el barranco en el tramo inicial y que luego serpentea por el bosque de la Turre. En Las Illas dormiremos solos en una gîte “normalita”, pero tras cenar a cuerpo de rey en un restaurante precioso y ver la final del campeonato del mundo de fútbol entre Italia y Francia. En este pueblito que está pegando a la muga hay un monolito que recuerda que por aquí pasaron a Francia cantidad de republicanos que huían de las tropas franquistas, entre ellos el president Campmany y el lehendakari Agirre. Ha sido una bonita etapa, 124 kilómetros, con calor, pero no tan agobiante como el de los días pasados, y además, ¡hemos finalizado la primera mitad! Estamos de enhorabuena.

19ª etapa: LAS ILLAS-MAS PUJOL (104 km)

Lunes. Chofer, Iñaki. La carretera que parte de Las Illas y hemos de seguir es la D131. Es muy estrecha, pero prácticamente no circula nadie; incluso hay un rastro de hierba en el centro. Comenzamos en dirección al col de la Brousse (861 m, 9 km), con subidas y bajadas sin excesivas pendientes, salvo un par de kms muy duros al final, a partir del col de Mirailles, y con mucha sombra. De la cima parte un camino a la Estela de los Evadidos y al Pic de Fontfreda.

Una vez en el col, sofocados y con sed (la jornada se presenta otra vez asquerosamente calurosa), comenzamos a bajar hacia Ceret. Son 12 km de mucha pendiente (vamos a bajar unos 700 m de desnivel), y la carretera es estrecha y peligrosa por las curvas. A mitad de bajada nos cruzamos con dos “alforjeros”. ¡No les queda nada! Por lo demás, no nos cruzamos prácticamente con ningún otro vehículo en todo el descenso. Una vez hemos llegado al valle, salimos a la D115, giramos a la izquierda y comenzamos a remontar el río Tech durante una buena tacada de kms, hasta Prats de Molló.

Primero se pasan Palalda y Amelie. Aquí ya la subida comienza a acentuárse. Enseguida está Arles, donde ya comienza a subirse más en serio. El desnivel no es grande, hasta Le Tech entre el 2 y el 4%, pero hace una sofoquina tremenda y las fuerzas flaquean. Vienen ahora dos km al 6%, en medio de los cuales hay una fuente preciosa y que en un día así se agradece sobremanera. A pesar de todo, poco más adelante, me quedo y llamo a Iñaki para que me rescate, mientras Joseba y Jabi siguen camino de Prats, a escasos 3 km. Una vez aquí, paramos en un parque para reponer fuerzas, descansar y acometer el verdadero puerto de la jornada (llevamos “subiendo” ¡38 km!): el col de Ares (1513 m, 13,5 km, 750 m de desnivel y unos 8 km al 6% y más), un auténtico puerto con el sol cayendo a plomo y 50 km en las piernas. Conclusión, que yo subo con Iñaki en el coche.

Tras un tenaz esfuerzo, nos volvemos a juntar los cuatro en la cima, frontera entre la Cataluña norte y la sur. Para bajar, yo también cojo la bici. Ahora es la C151, en bastante mal estado, por cierto, irregular y bacheada. Tras pasar Molló llegamos a Camprodón, donde volvemos a juntarnos. Seguiremos bajando y juntándonos de vez en cuando, porque no sabemos exactamente dónde está Mas Pujol. Tras pasar Sant Pau de Seguries, vuelta a juntarnos a la salida de Sant Joan de les Abadesses, y de aquí, hasta Ripoll. Salimos a la N152 que seguiremos hacia el norte hasta Campdevanol. Aquí hemos de tomar a izquierda la que lleva a Guardiola, para a unos 3 km salir a derecha por una pista cementada que nos subirá hasta Mas Pujol, la masía donde nos alojamos. Han sido 104 kilómetros, que con el calor inmenso que hemos sufrido, no han sido pocos. También decidimos que estando tan lejos de casa y estando previsto un día siguiente bochornoso a más no poder desde primera hora de la mañana, por este año nos valen las cuatro etapas hechas y que la quinta del 2006 será la primera del 2007.

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