Desayunamos unas exquisitas pastas sentados en un banco frente de un convento de monjas. Una clériga nos deseó buen viaje.
Los primeros kilómetros de la segunda etapa no eran vía verde pero como si lo fuera. Nafarroa tiene unas carreteras secundarias casi sin tráfico y con unos bellos pueblos y parajes: Astitz, Oderitz, Madotz… En sentido contrario nos encontramos varios ciclistas profesionales de entre los cuales únicamente pude identificar a Karpets.
Entramos en Pamplona por las calles de los Sanfermines y allí hicimos un parón para comer. Después fuimos atravesando más pueblos hasta llegar a Etxauri. Eran ya las 19:00 cuando preguntamos a unas personas que estaban recostadas en unas hamacas de un chalet si íbamos bien para ir al puerto de Etxauri. Ellos, riendo, nos dijeron que sí y empezaron a darnos ánimos con gritos de Aupa.
Entendimos el motivo de sus risas unos minutos después: el puertecito se las traía. Si bien se comenta que la subida al Col del Aubisque en Francia tiene la presencia de tábanos, el de Etxauri, era una constante de moscas y mosquitos de esos que se pegan….
Una vez coronado el puerto se produjo un cambio de tiempo repentino y empezó a llover. Después de pasar Salinas de Oro nos apareció un camping que no tenía marcado en mi libro de ruta: El camping de Riezu. Allí dormimos en tienda.