La primera vez que entramos en Croacia solo hacemos una noche, posteriormente tras atravesar Bosnia y Herzegovina volveremos a visitarlo pero esta vez la parte sur. Paramos en la ciudad de Osijek donde visitamos su iglesia neogótica. Comenzamos a ver los desastres de la guerra: algún cartel conmemorativo que habla de la "agresión serbia del 91", alguna pared agujereada por la munición, algún cartel de zona minada...
Teníamos concertado el alojamiento en Vinkovci con unos couchsurferes pero el asunto nos salió rana, así que nos fuimos a un hotel barato. La gente parece amable, mientras estamos sesteando un vecino sale de su casa y nos da una botella de agua mineral fresca.
Probamos otro plato típico, los burek, un hojaldre o masa filo horneado o frito relleno de carne, queso, queso y espinacas o patatas y que hasta el final de la ruta pasó a ser nuestra principal fuente de alimento.
Durante la cena Alfonso tiene varios orgasmos mientras degusta un plato de pasta con sopa de pescado, dice que está "incredible".