El último día de la ruta, tuvimos que bajar a recoger el coche que nuestro amigo Paco se había llevado a San Roque. Como la salida de Málaga iba a ser muy accidentada decidimos ir en autobús hasta Marbella y desde allí llegar en bici hasta San Roque. Pero no había alternativa a la A-7, en la que había mucho tráfico, apenas arcén y mucho riesgo para los ciclistas. Tras 25 kilómetros nos dimos cuenta de que no tenía sentido seguir jugándonos el tipo, así que llamamos a nuestro ángel de la guarda que muy gentilmente vino a buscarnos en coche. En otra ocasión recorreremos las sierras malagueñas pero por carreteras secundarias.