La salida, ya en solitario, por una pista que recorre el valle del Guadarranque me permitió ver cantidad de ciervas, un zorro y algún carpintero entre otros bichejos. Un lugar tan bonito como desconocido. Ahora tocaba subir al Puerto de San Vicente por carretera, desde allí me dirigí a la Estación de Minas de Santa Quitería. Supuse que sería fácil llegar desde allí al pueblo Minas de Santa Quiteria, pero no. Tuve que probar varios caminos y al tercero y tras 10 kilómetros pude llegar. Por una pista me dirijí a Anchuras, ya en carretera y sin pasar por un pueblo durante 71 kilómetros llegué a Navas de Estena. Aunque se hizo un poco largo llegar al risco de las Paradas la vista del Rocigalgo y Cabañeros, cruzar el río Estena, el río Frío y cantidad de arroyos compensó el esfuerzo.