Después de la odisea en el tren para llegar a Alghero, decimos probar con el bus para ir a Porto Torres. Realmente el trayecto son solo 35 km, pero si salimos después de comer, el calor es tan fuerte que se harán eterno, así que decidimos coger un autocar. Tenemos la incertidumbre de si podremos meter las bicis, pero como otras veces, no problem. La bici paga como un pasajero (2,50) y se mete en el maletero tal cual, sin embalar, sin quitar pedales, y sin nada. Facilísimo. Llegamos a Porto Torres, y tras dar una cuantas vueltas por la ciudad para encontrar nuestro B&B y el puerto donde tenemos que embarcar mañana, llegamos a la casa. El viaje toca a su fin así que decimos darnos un homenaje gastronñomico. Al final acabamos en una trattoria en el puerto, bastante peculiar. Un buen final de fiesta.