Rodadas. Una comunidad de cicloturismo y viajes en bicicleta
Volver arriba

10.000 kms!

Esa es la cifra que marca hoy nuestro cuentakilómetros, cuando hace ya algo más de 9 meses desde que empezamos el viaje: 10.516. No sentimos un entusiasmo irrefrenable (hoy en día nos emocionan más cosas como ser capaces de comprar algo sólo hablando en el idioma local) pero sí celebramos que hemos pasado de las decenas de millar con una cerveza vietnamita –dicen que es la más barata del mundo—. Tras el brindis de rigor nos ponemos a recordar el km. 0: en un día gris saliendo de Vancouver.

No os vamos a hacer un resumen porque sería muy aburrido. 10.516 kms equivalen a 650 horas de puro pedaleo (4 meses de trabajo en oficina), a ir 40 veces de nuestra casa al pueblo del padre de Ali en Albacete; una quinta parte de la longitud del Ecuador o cinco veces la distancia entre Paris y Madrid. También hemos calculado que 10.516 kms son unas 50.080.193 vueltas de ruedas, o 50 millones y pico de Álvaros, uno puesto a continuación del otro, o seis meses y medio de ir y volver al trabajo todos los días, Muchos kilómetros y muchas experiencias. Además ¡no hemos terminado!

Nos quedan casi tres meses de rodar por Asia. Estos últimos días en Hanói hemos aprovechado para terminar de concretar el plan de lo que vamos a hacer con ese tiempo. Nuestra idea original consistía en recorrer la provincia más septentrional de China (Yunnan) y de ahí pasar al Tíbet, para coronar el viaje con la Friendship Highway, esa carretera mítica que une Lasa y Katmandú. De allí tomaríamos un autobús hasta Delhi desde donde volaríamos a Europa.

Los planes han tenido que cambiar forzosamente por que China sigue manteniendo su prohibición de viajar por Tíbet tres años después de los disturbios que precipitaron su cierre. La única forma de visitar la región autónoma ahora es yendo acompañado por un guía autorizado, que te ayude a cruzar los checkpoints instalados a lo largo de la carretera. Hay algunas compañías con las que puedes contratar un guía que te sigue en una camioneta y te espera en cada checkpoint, pero esa no es la manera en la que queremos conocer una zona que tiene un significado tan especial para nosotros. Así pues, decidimos esperar a ocasiones más propicias y dejamos Tíbet, Nepal y la India para otra ocasión (como dice nuestra amiga Ana, hay más días que judías). Nuestro nuevo plan consiste en visitar un poco más de China, rodando hasta Chengdu, donde acabaremos el pedaleo asiático. Desde allí, primero en tren y luego en avión nos transportaremos a Londres.

Por las calles de Hanoi

Así pues, a partir de mañana giramos al norte, para explorar un poco más de este Vietnam que nos da una palada de cal y otra de arena. Los vietnamitas tienen un carácter muy diferente del de sus vecinos asiáticos. Mucho más extrovertidos se acercan a nosotros y toquetean nuestras cosas sin pedir permiso –esto no nos había pasado en Asia hasta ahora—, nos invitan con gestos a tomar el té en sus casas cuando pasamos con la bicicleta e inician conversaciones imposibles con nosotros que se parecen más a jugar a adivinar la película que a un diálogo. Generosos  pero comerciantes, cada transacción es un martirio que implica negociaciones y tiras y afloja. Cada vez nos preguntamos cuánto habremos pagado de más, pero mientras le damos vueltas a esa idea alguien se acerca y nos ayuda a encontrar nuestro camino solo porque quiere que nos llevemos una buena impresión de su país.

Ha Long bay

En Vietnam también hemos disfrutado de algunos de los paisajes más hermosos del sureste asiático, como la bahía de Ha Long, con sus más de 5000 islotes, o los campos de arroz de Mae Chau, los más grandes que hemos visto por ahora. En unos días esperamos llegar a Sapa, en las montañas, una ciudad llena de color, donde tenemos un encargo que cumplir.

Por cierto que el día que salimos de Vancouver teníamos serias dudas de que fuéramos capaces de llegar si quiera a Anchorage. Con la bici más pesada que jamás habíamos transportado, bajo la lluvia y pedaleando entre un tráfico infernal, los dos íbamos pensado en lo mismo: "quién me mandará a mí meterme en estos fregados".

Este artículo fue publicado el 3/marzo/2011. Última actualización: 7/agosto/2020 dentro de la categoría 2010 y 2011 - Un año y pico en bici en Rodadas.net, una página web sobre cicloturismo y viajes en bicicleta mantenida por Álvaro Martín y Alicia Urrea.

El artículo está sujeto a una licencia Creative Commons 3.0. Es decir, puedes distribuirlo y adaptarlo SIEMPRE que nos cites (más concretamente, cites al autor y enlaces a la dirección permanente del artículo); no lo uses con fines comerciales o en publicaciones comerciales; y el resultado de tu trabajo también esté bajo una licencia de Creative Commons

Siempre puedes volver encontrar este artículo en: https://www.rodadas.net/blog/cuadernos/vuelta-al-mundo-cicloviajes/10-516-kms/

Comentarios Hay comentarios de 16 intrépidos

  1. jofegaber dice:

    ¡Caramba! Un cambio de rumbo…

    Bueno, en la vida tambien hay de esos por todos los sitios.

    Me alegra veros bien.

    Menos mal que después de Anchorage, todo era cuesta abajo…. 😉

    ¿Que hubiera sido de nosotros sin estos pequeños heroes?

    Un abrazo.

  2. karramarro dice:

    Seguid disfrutando, también de los fregados. Por si os sirve de consuelo, aquí seguimos fichando a la entrada, y a la salida. Hasta hace nada era de noche cuando entrábamos, y oscurecía al salir… Cinco días por semana. Pero hay cosas parecidas, muchos de nuestros lugareños también nos tocan «las cosas» sin permiso ¡ y sin invitarnos a nada !… La foto hipnotiza y dispara los sueños. Lo mismo,lo mismo, pero es que igualito, que lo que se ve desde la ventana de mi oficina. Gracias por compartir.

  3. karramarro dice:

    Se me olvidaba: no es novedad, pero magnífica crónica. Pero ¿ qué sería de la vida sin fregados ? De hecho, algunos necesitan inventárselos para poder meterse en ellos… una existencia sin fregados es como viajar a mil por hora … pasan pocas cosas y se llega demasiado pronto…

  4. Hola desde Japon. Si llegais hasta Chengdou teneis a tiro de piedra la posibilidad de visitar ZONA TIBETANA, sin pagar guías, ni permisos.
    Hace tiempo que los tibetanos no viven en el Tibet. Hay más policias chinos en Lhasa que tibetanos. Los tibetanos, su cultura, habita en las provincias limítrofes al tibet para las que no hace falta permiso (salvo el de vuestras piernas). Hay pasos de más de 4500 metros. Yo los he subido con mi bici de 75 kilos este verano pasado.
    La gente que encontrareis ahi es puramente tibetana.
    Podeis recorrer Shangri-La, la garganta del tigre…
    En un par de meses publicaré mi nuevo libro Donde termina el asfalto y en ahi narro mis últimos tres años asiáticos y esa parte de mi ruta. Espero lo leais y os animeis a ir.
    desde japon, 86234 kms y más de 6 años de vuelta al mundo, el biciclown

  5. Luisesunico dice:

    Eh, que intriga ¿ Que encargo teneís que cumplir en Sapa ?

  6. Caco_Patane dice:

    Felicitaciones, locos! 😛

    Que siga rodando, nunca termina, siempre en subida!

  7. Mi encargo, Luis, hay una chica llamada KU, que es un encanto, ella y su familia, nos hospedó a mí y un amigo cuando visitamos Sapa, y desde entonces he querido verla otra vez. Va mi super buen amiga adelantándose hasta que yo pueda ! 🙂

  8. jjblood dice:

    Enhorabuena pareja!!!! Que gustito leeros… Es una pena lo del Tibet.. disfrutar esos 3 meses que dan para muuuucho… Un abrazo.
    Juanjo

  9. Carlos García dice:

    Hola mi nombre es Carlos, hace tres años junto a dos amigos visitamos Vietnam y Laos en bici, que recuerdos me dais vosotros. Nosotros no visitamos ni Halong ni Sapa por tema de falta de tiempo de nuestra ruta, pero visitamos otros lugares. Hay uno que guardo especial recuerdo, se llama Dalat, este sitio es donde las parejas de recien casados vietnamitas hacen su viaje de novios. Es un sitio espectacular, con sus plantaciones de té, sus bosques de pinos que recuerdan a Europa con algún lago, su mercado bullicioso, como todos los de Vietnam, me acuerdo los desayunos que nos metiamos al lado del mercado, comprabamos unos panecillos, comprabamos mermelada y en alguno de los puestos, nos metiamos un rico vaso de leche cien por cien natural de soja. Dalat, es para quedarse unos días de relax, pero sus alrededores son únicos.
    Si teneis alguna duda contactar a mi email, pero vosotros mismos ires descubriendo nuevos lugares y nuevas gentes, que es lo mejor de viajar. Mucha suerte y envidia que me daís. Xin Chao!!!

  10. Yuki dice:

    Sólo puedo decir cuando veo la foto guauuuuuuu…me encantaría escuchar la foto!

    Bueno chicos, ya habéis parido prácticamente el viaje…ahora os queda el último quesito. Es curioso y un poco ñoño lo que voy a decir, pero con esto de Rodadas, os he sentido super cerca. Tengo la impresión de haber estado con vosotros. Y de hecho si os viera ahora mismo estoy segura de que tendría la impresión de haberos visto la semana pasada, o algo así.

    Quiero daros muchos ánimos para estos tres meses de exostismo que os esperan.

    Ah, hablando de vietnamitas, yo conocí a una chica, Tuey, en UK. Entramos a trabajar juntas de camareras al mismo tiempo. Al principio me parecía muy rara. P.e. cada vez que la jefa me decía algo mal, ella se ponía al lado y me regañaba??? Cuando la jefa la regañaba a ella, se mostraba super sumisa. Pero un día la defendí delante de mi jefa, que por cierto era un poco racista con Tuey, con eso del racismo económico-selectivo, y desde entonces la tía parecía una hermana conmigo. Siempre me defendía, me guardaba comida del café, me invitaba y me hablaba de todas sus cosas. Antes de volver a Madrid, fuimos a un pub a despedirnos, y me regaló una tarjeta muy sentida…además se puso a llorar!! Por lo que de momento mi concepto del vietnamita es muy bueno.

    Menudo rollo os suelto…jejejejje

    Un abrazo a los dos!

  11. Óscar dice:

    Hola pareja.

    Me parece que fue ayer cuando empezasteis el viaje y ya han pasado nueve meses. Para los que estamos aquí poco ha cambiado a nuestro alrededor mientras que vosotros habéis estado por Canadá, América del Sur y ahora Asia. Por más que lo intente no puedo imaginarme la cantidad de vivencias que habéis pasado y las que vendrán a partir de ahora.
    Seguid disfrutando y haciéndonos disfrutar a nosotros.

    Muchos ánimos y un cálido abrazo para los dos.

  12. Javi dice:

    Hola pareja,

    Ya no sé cómo daros las gracias sin que suene repetitivo. Tal vez lo mejor sea embarcarme en la distancia en vuestras etapas, imaginarme vuestras vivencias y celebrar que sigáis estando bien.

    Vietnam, Tibet, China… pueblos diferentes y cada uno enriquecedor a su manera. Que lo sigáis disfrutando y narrando. Son 10.000kms de aprendizaje lo que lleváis encima. Que vengan muchos más…

    PD: Por si lo lee Álvaro «biciclown»: Felicidades también a tí por tu labor. Esperaremos tu libro con ansia… 🙂

  13. isa dice:

    Hola. Caray ¿ya han pasado 9 meses? que rápido pasa el tiempo madre mia. Aprovechar lo que que os queda que es mucho y buen viaje . Un saludo.

  14. Andrés Gómez dice:

    Hola chicos:

    Os he leido y he podido transleer algo de nostalgia en vuestras letras. La verdad es que esos momentos ocurren, y mas, cuando llevais tanto tiempo fuera, fuera de todo a lo que llevais acostumbrados mas de 30 años (bueno esa es mas o menos la edad que creo que teneis).
    Esa nostalgia puede ser buena, es el sentimiento que hace que no nos apartemos de nuestras raices de forma directa, nuestro subconsciente no nos lo permite. Pero creo que sabiendo modular ese sentimiento se puede hasta disfrutar de él, ya que es la forma de seguir conectado a lo tuyo (no desde el punto de vista material), a lo que quieres y a lo que deseas.

    Os deseo mucha felicidad en el resto del viaje. Se que en el que ya habeis realizado la habeis tenido, y espero que sigais transmitiendonoslo todo, como hasta ahora.

    Andrés

  15. Ernest dice:

    Ei,

    Yo este verano he hecho Lhasa-Kathmandú en bici con 8 amigos.
    Todo el tramo tibetano (chino) con un guia de «acompañamiento» en camión con chofer. Los guias no saben conducir. 🙂
    Si todavía os interesa os puedo recomentar la agencia y el guia. Son de Lhasa y todo el personal es tibetano (muy importante), buena gente. Dadas las circunstancias lo recomiendo, aunque entiendo perfectamente vuestra filosofia del viaje, y entiendo que tanto tiempo viajando de una forma como para ahora ir con un guia pagado.
    Tengo que decir que el guia no hacia de guia, solo de acompañante y lo veíamos un par de veces al día cuando había que pasar algún control de policia que lo tenías que hacer junto a el. Una tontería la verdad.

    Una vez en la frontera de Nepal, «adios muy buenas» y por nuestra cuenta.

    No se, si os puede interesar os puedeo recomendar la agencia.

    Un saludo.

    🙂 Ernest

  16. Mediterrnuio dice:

    Sencillamente una travesía infable.
    ¡No tengo más que admiración para ustedes!