De vuelta a casa
Vuelvo,
pero me traigo en la memoria una porción de todas esas bicicletas oscuras,
renqueantes, ruidosas, oxidadas, usadas hasta el extremo;
de esos guardabarros blancos, medio comidos por el óxido.
Me quedo con esas pequeñas lucecitas que tililan (como diría mi padre) cuando cae la noche,
en el silencio de unas calles desiertas.
Mañana más.
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¿Qué se siente al viajar alrededor del mundo en bicicleta?
Lo único que debería separarse por colores es la colada
— Anónimo
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