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Viajar barato: Cómo ahorrar durante el viaje

Por Alicia Urrea

Foto: epSos.de en Flickr

Foto: epSos.de en Flickr

Siempre que tocamos el tema del dinero en el viaje tenemos muchos comentarios de todas las clases. Están los que dicen que los presupuestos que proponemos son muy caros («yo lo hice con menos»), están los que opinan que está muy bien lo que decimos pero sin una ducha antes de dormir no son capaces de descansar y luego están los que se preguntan si estamos de coña o qué. Aún así, con más moral que el Alcoyano, os contamos las cosas que hemos descubierto con los años sobre viajar y que nos ayudan a ahorrar dinero cuando estamos por el mundo encima de la bici.

#1 O tienes tiempo, o tienes dinero

Esto es cierto en muchas situaciones: o tienes tiempo para hacer autostop y llegar caminando a Macchu Picchu, o tienes que pagar el tren que te deja en Aguas Calientes. O tienes tiempo para esperar a que el guardia de la frontera se canse y te deje pasar sin pagar el soborno, o, como dicen muchos viajeros que han estado en África, te toca desembolsar la mordida correspondiente. O tienes tiempo para tomar el tren que te lleva en seis días del punto A al B, o tienes dinero para pagar el avión. En resumen: si quieres ahorrar mientras estés de viaje, ten en cuenta que lo que más falta te va a hacer es tiempo.

#2 Para realmente ahorrar dinero hay que estar embrutecido

Aunque no sólo se trata de tener paciencia. También hay que estar un poco curtido. O como dice nuestro amigo Ángel, «embrutecido». Cuando pasas mucho tiempo al aire libre naturalmente te ocurre esto: ya no tienes tanto frío aunque haga frío, ni tampoco tanto calor. No necesitas comer o beber tan a menudo, la suciedad y los olores no te molestan y puedes dormir en cualquier sitio. Cuando alcanzas ese punto del embrutecimiento te cuesta mucho menos acampar aunque llueva o comer por enésima vez exactamente lo mismo y por tanto puedes pasar sin acordarte de que en otra vida cenar dos días seguidos huevos revueltos te parecía un sacrilegio.

Embrutecerse es un proceso y como todos los procesos, si intentas acelerarlo y desde el primer día te empeñas en ser demasiado duro contigo mismo es posible que las circunstancias te superen y acabes dándote la vuelta antes de tiempo. Viene naturalmente: hay que ir incluyendo novedades según uno se sienta preparado para aceptarlas.

PD. Que alguien muy acostumbrado a pasar horas fuera juzgue a otro menos acostumbrado como un pijo que no sabe viajar es de ser un necio.

#3 No pagues por dormir

Posiblemente los hostales y los campings se convierten a la larga en los gastos más importantes del viaje. Para ahorrar, por tanto, la idea es evitarlos. ¿Cómo?

  • Lleva tu propia tienda de campaña y equipo para dormir y acampa en un sitio discreto. Lo que viene siendo, hacer acampada libre
  • Si hace frío, llueve, hace mucho viento o estás en un sitio donde te sientas inseguro, lo mejor es armarse de valor y pedir asilo en un pueblo. El truco es buscar un pueblo muy pequeño y pedir poco: un sitio para colocar la tienda donde no moleste, a ser posible techado. Puedes buscar al alcade/esa, al párroco o si hay, en la asociación ciclista. Casi siempre funciona mejor si le preguntas a una mujer. Nosotros también hemos tenido suerte acampando detrás de restaurantes (que por la mañana nos invitaron a desayunar); en las escuelas y casas de bomberos en América Latina, y en jardines de gente a lo largo y ancho del mundo. Cada país tiene unos códigos pero en general los ciclistas son bien recibidos siempre que sean discretos y agradecidos. Eso sí, muchas veces toca esperar un rato en lo que llega la persona que te puede autorizar para quedarte en el sitio que has elegido.
  • Haz uso de las maravillosas redes de hospitalidad tipo Warmshowers, Couchsurfing y/o Hospitality Club. Sobre todo son útiles en ciudades y en esas ocasiones en las que necesitas descansar varios días seguidos. Otras redes que funcionan bien son la de Servas y CycloCamping International, que, a pesar de su nombre, es únicamente francesa. En estas últimas hay que pagar una cuota anual de socio para poder ser miembro.
  • Echa una mano a cambio de una cama y una comida caliente. En La Paz, por ejemplo, Dylan el ciclista de la bici sin marchas estuvo trabajando en un albergue durante unas horas al día a cambio de una cama para dormir y el derecho a usar la cocina. Un trato similar consiguió una chica con la que coincidimos en Vancouver. Cuando escribimos por primera vez sobre esto de los dineros allá por 2008, Nicolás nos dejó un comentario en aquel post con este mensaje: «Cuando me divorcié, recorrí toda Latinoamérica desde Puerto Williams, la ciudad mas austral del mundo hasta la frontera México/EE.UU saliendo de mi casa en Santiago de Chile con solo 15.000 pesos (unos 20 euros). Hay que saber arreglárselas no más. Por ejemplo si te detienes a ayudar digamos unas 3 o 4 horas a un campesino con las labores que está haciendo (carga/descarga,desmalezar, etc) lo más probable es que el hombre agradecido te invite a cenar a su casa, y te deje montar tu tienda de forma segura. Si además eres amable, y ayudas al niño con las tareas del cole en la noche, y ayudas a la señora a preparar la cena, entonces es probable a la mañana siguiente, tengas que rechazar la mitad de las frutas, verduras, cereales, etc. que te ofrezcan “para el camino” por cuestión de peso y espacio. Si además tienes una profesión conveniente como médico (siempre hasta en los poblados más chicos hay alguien enfermo), o abogado (siempre alguien tiene líos con la posesión de las tierras) o veterinario (una revisión general al estado del ganado siempre es agradecida, junto con algún consejo sobre salubridad o alimentación que venga al caso) o cualquier giro que sepan darle a lo que sepan hacer, entonces no tendrán problemas en conseguir comida y techo en los poblados y provisiones para cuando salgan de algún pueblucho hacia la ruta abierta.»

#4 Cocina

No siempre cocinar tu propia comida es más barato que comer en los restaurantes locales (especialmente cierto si estás en el Sureste Asiático o en África), pero –sobre todo en países ricos– en general se puede decir que un plato de espaguettis cocinado en tu hornillo saldrá más económico que una cena en un garito, sobre todo si estás es un sitio donde hay muchos turistas. Además, cocinando tu propia comida evitarás en cierta medida el cansancio del viajero, que se produce cuando absolutamente todo lo que haces es nuevo o local.

Otra de las formas prácticas de ahorrar dinero (y basura al medio en el que estás) es no comprar agua embotellada. Puedes purificar la que tomes de grifos o pozos si es que el sitio es poco seguro, o puedes arriesgarte y tomarla sin purificar. A gusto (y buen sentido) del consumidor. Como bola extra, debes saber que beber agua es suficiente para mantenerse bien hidratado. No hace falta recurrir a ningún brebaje industrial a no ser que estés en desiertos o climas tropicales donde sudes mucho más de lo que puedas beber 😉

#5 Compra donde compran los locales y aprende a regatear

En cada sitio hay un lugar donde comprar. En el norte son los supermercados, en el sur son los mercados de calle. Observa lo que hacen los locales e imítalos. En particular a las personas mayores, que son perros viejos y se saben ya todos los trucos para hacer un consumo racional.

Sobre el arte de regatear, echa un ojo a este artículo.

#6 A la larga un buen equipo te ahorra dinero (pero las pijadas solo pesan en el bolsillo)

No necesitas tener lo mejor de lo mejor para viajar, lo hemos dicho en muchas ocasiones, pero que tu equipo responda es fundamental para estar cómodo, mantener la moral y la salud alta y no tener que andar constantemente buscando cómo repararlo o sustituirlo. Si tu tienda se cala; tu saco no abriga lo suficiente; tu hornillo no te sirve para cocinar, o no te fías de tu sistema de filtrado de agua, tendrás que buscar donde dormir, dónde comer y comprar botellas de agua. Asegúrate, teniendo en cuenta por dónde vas a viajar, de que tienes lo imprescindible cubierto. Como nos decía Johnny cuando empezamos en esto «si no estás cómodo en tu tienda de campaña, acabarás pagando en hoteles lo que te ahorraste en material».

De la misma manera, las dos características más importantes de una bici para cicloturismo es que sea robusta y que sea de tu talla. Lo primero sirve para evitar que se te rompan piezas cada dos por tres; lo segundo para evitarte lesiones que te obliguen a parar y reconsiderar tus planes. En alguna ocasión hemos hablado de qué bici necesitas tener para viajar. El resumen es el siguiente: una MTB de aluminio con o sin suspensión delantera, de calidad media, que cambie y frene, es más que suficiente para casi cualquier viaje de 3 meses. No inviertas un pastón en la bici y te quedes después sin dinero para el propósito para el que la compraste, pero no escatimes tanto y utilices una bici con componentes tan delicados que te deje tirado/a cuando las cosas se pongan un poco difíciles. Hay quien ha dado la vuelta al mundo (varias veces) con mucho menos.

A partir de ahí cada uno elige qué lujos se quiere llevar en su viaje. Nosotros llevábamos dos portátiles porque no queríamos luchar entre nosotros por tener acceso a la tecla, y también un panel solar que mandamos de vuelta a casa a las primeras de cambio, tanto porque no nos hizo sol en tres meses, como porque descubrimos que nos las apañábamos muy bien para cargar nuestros instrumentos con batería en cualquier lado. A lo largo de nuestra vida ciclista hemos gastado dinero en cosas que nos parecían imprescindibles y después nos hemos dado cuenta de que no nos hacían falta, pero también nos ha pasado al contrario: hemos creído que podríamos pasar si tanto abrigo o sin esto o lo otro y lo hemos terminado comprando por el camino. La moraleja que hemos sacado es que hasta que no estás en ruta no sabes lo que te hará falta, por tanto, no tiene sentido planificar hasta el último detalle. Lo importante es empezar a pedalear.

#7 El transporte es lo más caro del viaje en bici

Paradójico, pero cierto. Al final el dinero que te gastas en aviones, barcos, trenes, autobuses y similares suele constituir una de las partidas más importantes del gasto total. Si quieres ahorrar, busca con mucho cuidado las alternativas más baratas o recurre a  autostop, coches compartidos o barco-stop. Volviendo al punto 1, si tienes prisa es difícil que encuentres buenos precios pero merece la pena intentarlo. Hace poco hablamos por aquí de cómo hacemos nosotros para comprar billetes de avión baratos.

#8 Hay tarjetas que te ahorran dinero

Como la de estudiante o la de jubilado. Muchos monumentos internacionales hacen descuentos para estudiantes o mayores, así que no te las dejes en casa.

#9 Si puedes permitirte un lujo, no lo dudes.

Una cosa es viajar una semana, diez días o un mes en los que puedes pasar sin apenas nada; y otra muy diferente es estar de viaje meses o incluso años. Vale que no duermas en hotelazos todas las noches, pero si estás enfermo; hace una semana que no para de llover, o simplemente necesitas estar solo/a y sin que nadie te pregunte ni la hora, ¿por qué no regalarte una estancia en un hostal; una comida especial o la entrada a un sitio que te apetezca conocer? Evidentemente si no hay plata, no se puede gastar por mucho que te apetezca, pero si tienes la posibilidad, no te quedes sin visitar un sitio magnífico que estaba en tu lista de lugares por conocer desde que eras pequeño porque te parezca muy caro cuando estés en el terreno. Piensa en cuántas tardes de cañas se traduce el coste de la entrada y date el lujo.

Como dice Álvaro: come alubias pero cumple tus sueños.

Este artículo fue publicado el 10/junio/2013. Última actualización: 7/agosto/2020 dentro de la categoría En la bici en Rodadas.net, una página web sobre cicloturismo y viajes en bicicleta mantenida por Álvaro Martín y Alicia Urrea.

El artículo está sujeto a una licencia Creative Commons 3.0. Es decir, puedes distribuirlo y adaptarlo SIEMPRE que nos cites (más concretamente, cites al autor y enlaces a la dirección permanente del artículo); no lo uses con fines comerciales o en publicaciones comerciales; y el resultado de tu trabajo también esté bajo una licencia de Creative Commons

Siempre puedes volver encontrar este artículo en: https://www.rodadas.net/guia-cicloturismo/en-la-bici/viajar-barato-como-ahorrar-durante-el-viaje/

Comentarios Hay comentarios de 11 intrépidos

  1. Amigos! Este post me resultó: ÚTIL, VALIOSO Y DIVERTIDO! Sigan así! gran abrazo.

  2. elpampa dice:

    Como siempre… brillante !!!
    Agradezco una vez mas el aporte que han hecho para que me largara a viajar en bici.
    Ustedes y Diego Ballesteros son los «responsables» de esta nueva pasión (tardía quizá). En un año dos viajes y ya hay tres mas en la gatera……
    Felicitaciones
    Raúl

  3. Oskar dice:

    Cuanta razón que llevais.
    Yo hasta este año alguna vez me lo habia planteado, pero no lo habia hecho en bici ( bueno ahun). Siempre a pata.
    Esta Semana Santa vimos el libro de El Danubio en bici traspapelado en la tienda de Barrabes en la zona de escalada y lo devolvimos a su sitio. A las dos horas volvimos y lo compramos y el mes que viene es nuestro primer viaje en bici.
    Haber que tal sale….

    Aio y gracias por estos articulos que nos quitan el miedo a lo que no conocemos.

  4. sonia dice:

    Hola chicos
    por aqui Calu y yo ya llevamos 7 semanas pedaleando, y estos trucos son perlas en el camino…..yo solo agragaria uno mas: «hablar con la gente» darte tiempo para conversar, ahora mismo estamos en casa de dos chicas que nos encontramos mientras pedaleamos muy,…pero muy despacio y ellas trotaban, charlamos, nos preguntaron del viaje, donde dormiriamos y zas!!!! les soltamos el «rollo», pues bien aqui estamos con ellas: ducha caliente, lavadora,comida, y dos nuevas amigas!!! una mabilidad y generosidad que no tienen precio.

    • Avo dice:

      Hola Sonia.
      Muy buena apreciación, muchas veces subestimamos el valor de la complicidad que se forma cuando dos personas se dan el tiempo para conectar.

      Un abrazo y disfrutad muchísimo del viaje 😉

  5. asturias.maria dice:

    Sabios consejos. Sobre todo no planificar y empezar a pedalear. Dejarse sorprender!

  6. Salva dice:

    En mi opinión, con todo el respeto, nunca pondría el dinero como asunto principal en un viaje. Es cierto que en nuestra sociedad todo se mira con el filtro del bolsillo, pero en este asunto, las ganas de viajar son lo que impulsa al salto. Como diría Jose Antonio, el africano, a sus setenta y tantos, si tienes dinero te podrás duchar con agua caliente y si no lo tienes lo harás en un río frío. Para mí, lo importante es viajar. Después, si hay vino para brindar, estupendo, y si no, pues con agua también estupendo.
    S

  7. Lucio Gustavo dice:

    Me acuerdo cuando empezó mi curiosidad en esto de viajar en bicicleta. Sabía que era algo fascinante, pero sólo conocía lo que iba leyendo en foros y diarios de viajes. Las dudas eran infinitas y todo me parecía lejos de mi alcance. En ese entonces ni siquiera tenía bicicleta. Hoy, un año después, ya llevo algunos miles de km recorridos por Sudamérica (Bolivia, Perú, Brasil, etc). Y todo gracias a páginas como estas. Uds, con su particular estilo, fueron mi principal inspiración. Cuando descubrí Rodadas, no dejé artículo sin leer, emocionándome con cada uno de sus relatos e identificándome con cada comentario. Descubrí una pasión que estaba latente en mí y Uds tienen muchísimo que ver. Por todo eso, quería brindarles mi más profundo reconocimiento por todos lo que nos brindan!
    Gracias!
    Lucio, desde Entre Ríos, Argentina.

  8. Ivy dice:

    No olvides incluir en las webs de hospedaje solidario la de BE WELCOME, así habrá más posibilidades a la hora de encontrar gente solidaria, y a su vez hacer que esta nueva web crezca.
    No dejéis de vivir y enredar!!