Creo que voy a consagrar mi existencia al anillo verde y a las vías idem. Lo de la carretera, tras hacer un par de kilómetros por el arcén bicipracticable de la de Colmenar, no me convence demasiado.
No sé si circular por carreteras secundarias tiene más encanto y menos peligro, pero por la de Colmenar, que queréis que os diga. Para deportes de riesgo, prefiero la caída libre desde un Zeppelín, al menos ahí sabes que te esmorras fijo y que quedas de comida para los buitres, los gusanos y los escarabajos peloteros.
Creo que lo mío son más los caminos y las trochas, como los burros.