Desde hace 10 años he recorrido varios Caminos de Santiago (Francés 2001; Vía de la Plata 2002, 2007 y 2010; Norte 2004; Levante 2005, de Madrid 2007; Podense 2007; Portugués 2008; y Norte-Primitivo 200. Podría decirse que aquel verano del 2001 me picó el "veneno" del Camino. Unas veces he llegado a Santiago y otras no, pero lo importante era disfrutar del viaje.
No soy especialmente religioso pero al final uno se contagia de ese espíritu peregrino que no se encuentra en otras rutas. Ir a Santiago se convierte en una escusa para recorrer paisajes, visitar lugares y disfrutar de las sensaciones que te ofrece el viaje. Los Caminos de Santiago ofrecen algunas ventajas que son las que me han empujado a recorrerlos:
- Una red de rutas señalizadas (las flechas amarillas) que cruzan toda la península y Europa, siguiendo itinerarios de gran interés histórico, cultural y paisajístico. Que en muchos casos cuentan con guías e información para poder realizarlas.
- La posibilidad de encontrar alojamiento en albergues y otros lugares ciertamente económicos.
- Encontrar otros viajeros con los que compartir el camino y las experiencias del mismo.
Podría pensarse que después de tantos kilómetros siguiendo las flechas amarillas ya no quedan caminos nuevos por recorrer. Nada más lejos de la realidad. Cada camino es único y completamente nuevo. Las experiencias, los paisajes, las sensaciones y las vivencias siempre son diferentes. Y además, cada año se van abriendo nuevos itinerarios que descubrir, en España y fuera de ella.
Surge la idea.
El Vía Podense fue todo un descubrimiento. Fue mi primer viaje fuera de España con la bicicleta y fue la puerta abierta que me empujó a realizar otros viajes fuera de nuestras fronteras. Después vinieron el Camino Portugués, la Vuelta a los Ecrins y la Travesía de los Alpes.
Quedé encantado con la Francia rural alejada de los grandes lugares turísticos, la maravillosa red de senderos balizados existentes, y las facilidades para viajar con la bicicleta o andando ejemplarizadas por las gite d´etape (alojamientos tipo albergue para senderistas, con las instalaciones básicas y precios económicos). Me prometí que en algún momento volvería.
La primera posibilidad que surgió fue el Camino de Tours desde París. La posibilidad de visitar la capital francesa, que conozco muy poco, recorrer el valle del Loira, y cruzar Francia en dirección Norte-Sur, eran todo una experiencia. Pero el proyecto quedó eclipsado por otras rutas más "montañeras" y por el deseo de recorrer los Alpes.
Hace ya unos años que cayó en mis manos un folleto sobre la Vía Francigena (Ruta de peregrinación desde Canterbury a Roma iniciada en el siglo X por un obispo inglés) en una feria de turismo. Poca información más pude encontrar y la idea cayó en el olvido. El buen sabor de boca con el que quedé de mi viaje de la Alpi Bike por Italia y varias circunstancias han hecho que vuelva a planteármela.
El mundo es un pañuelo. Un día brujuleando en Internet encontré una persona, Juan-Mambru, que había hecho mi viaje desde Ginebra (Vía Podense) llegando a Santiago. Curiosamente vive en la misma localidad donde yo, y acabé conociéndolo a través del ForoMTB. Después de un par de mails y un café, me comentó que tenía intención de hacer la Vía Tolosana este año (es más hoy día 2 de junio volaba a Toulouse para comenzarla).
Me puse a investigar, el Camino de Arles, también era una buena opción (uno de los caminos de Santiago principales en Francia, bien señalizados y con bastante información). Quedaba unir el puzzle (Francigena+Tolosana). Y apareció la vía Domitia. El 3 de junio del año pasado la Federación Francesa de senderismo inaugura el GR 653D, y en julio se edita la guía del GR, Sentier vers Saint-Jacques: Montgenevre-Arles. Con esto se cierra el recorrido Roma-Santiago.
Visitar Roma; recorrer Italia cruzando la Toscana; cruzar los Alpes; volver a pedalear por los Ecrins; cruzar Francia conociendo el Languedoc y la Provenza; seguir los Pirineos por su vertiente norte para cruzarlos por el Puerto de Somport; hacer el Camino Aragonés (Somport-Puente la Reina), inédito para mi; y llegar a Santiago en Año Santo uniendo dos lugares históricos de peregrinación. Que más se puede pedir.
Comienza el viaje.
Después de todo este "ladrillo" solo me queda decir que, aunque el viaje comenzó hace ya mucho tiempo con ese folleto encontrado por casualidad, físicamente empieza dentro de unos días.
El próximo 9 de junio vuelo a Roma. No puedo perder la oportunidad de visitar esa maravillosa ciudad donde estaré tres días, para comenzar a pedalear, el día 12. Si todo va bien, espero abrazar al santo después de un mes y medio y aproximadamente unos 3.000 kilómetros.
Ya os contaré.
PD: Más información en http://zinaztli.blogspot.com/search/...20a%20Santiago