Durante la última semana de Marzo, aprovechando los días de vacaciones de pascua, decidí intentar hacer una vuelta a la provincia en donde vivo, Alicante. El plan era recorrerla en 6 días a una media diaria de unos 65-70km, en solitario, cargado con alforjas delanteras, traseras y bolsa de manillar, intentando acampar para dormir y cocinando con mi hornillo en plan autosuficiente.
¿Porqué hago esta ruta?
Principalmente para comprobar que todo el material que he comprado me va a servir en rutas más largas y de más días, probarme a mí mismo que puedo estar casi una semana en autosuficiencia y además de todo esto, intentar conocer un poco más el entorno donde vivo.
En cuanto a mí, esta vuelta a Alicante podría ser épica si veo que soy capaz de hacerla en solitario con garantías y me sirve de trampolín para irme a sitios más alejados. Este verano tengo intención de recorrer parte de Suecia, Noruega y Finlandia. Esta será la prueba de fuego y veré si estoy hecho para esto o no. Quiero saber si el cicloturismo en solitario es lo mío o debo abandonar algunas ideas de soñador despierto que tengo últimamente.
Planificación inicial de la ruta
El plan inicial será salir de Alicante, pasar por Campello, Villajoyosa, Benidorm, Altea, Callosa d'en Sarriá, Guadalest, Xàbia y Gandía. Desde esta última ciudad, seguiré por la Vía Verde de Xixarra hasta Villena, pasando por Villalonga, Lorcha, Beniarrés, Muro, Alcoy, Agres, Bocairent, Biar y Villena. El tramo final intentaré bajar hacia abajo porque no me quedarán más días, pasando por Elda, Novelda, Elche y Alicante.Para el trazado de la ruta me he basado en el mapa de Círculo Bicioso en el que hay bastante detalle de vías verdes y rutas de la Comunidad Valenciana y Murcia.
Al final me quedó esta ruta trazada, aunque adelanto que al final no hice todo lo que tenía pensado
Día 1: Alicante - Benidorm
Empecé la ruta saliendo desde mi casa en Alicante sobre las 10:30 de la mañana. Primero bajé la bicicleta y la dejé en el rellano para volver a subir y bajar con las 4 alforjas. Una vez la bicicleta cargada con todo el peso, se me hizo raro empezar a rodar porque no estoy acostumbrado a que cueste tanto girar el manillar con las alforjas delanteras, pero en unos 5 minutos me habitué al cambio y no tuve ningún problema de estabilidad durante los siguientes días. Hasta la salida de Alicante hay bastantes coches, pero a través de vías secundarias y algún tramo de carril bici se pasa bastante rápido San Juan y Campello.
Una vez que dejo Campello a mi espalda, llego a la gasolinera "Petronor Amerador" donde aprovecho para cruzar la Carretera N-332 y coger un camino de tierra. Este camino de tierra me debe llevar hasta la población de Aigües, y como esto es una aventura, lo elegí para evitar la carretera CV-775 y hacer el camino más divertido. La verdad que no fue monótono. Desde una altura de 40 m llego a 229 m en una distancia de 2 km y con algunos tramos con desniveles del 17 y 20% de tierra suelta, que me obligan a hacer empujing de la bicicleta. Aunque cansado para ser el primer día, rodar por este camino me ofrece la oportunidad de contemplar unas vistas espectaculares de San Juan y del mar
Una vez que llego arriba, viene una bajada por pista estrecha y con algunos surcos y piedras. Con tanto traqueteo empiezo a oir un ruido extraño, como que algo está suelto, pero no le doy importancia. En eso que viene un bache, y mi bolsa de manillar decide suicidarse dando más trompos en el suelo que los coches de los malos de la serie del "Equipo A". Temiéndome lo peor, recojo la bolsa pensando que la cámara nueva que me acababa de comprar y me costó medio riñón estaría hecha polvo. Creo que tuve suerte porque la bolsa no se abrió y más o menos lo que llevaba dentro amortiguó los golpes. Uff... la cámara está intacta y no ha pasado nada, a seguir!
Después de la bajada viene un tramo llano que agradezco, y aprovecho para colocar el trípode y mi cámara superviviente para grabar la típica secuencia en la que te acercas pedaleando con la bici y otra alejándote. Son tomas muy chulas que vale la pena hacer aunque requieren bastante trabajo: bájate de la bici, saca el trípode del portabultos, extiende el trípode, prepara la cámara, coge la bici y vete a bastante distancia, ve rodando tranquilamente hasta pasar la cámara, bájate de la bici, recompón la escena para grabar el siguiente plano alejándote, coge la bici y vuelve a pasar por la cámara, vuélvete a parar a una cierta distancia, vuelve corriendo a por el trípode y guárdalo en el portabultos.
Una vez que llego a Aigües, encuentro un parque de recreo con fuente que aprovecho para pararme a comer. Todos los bancos y mesas están bajo "un sol que te torras", situación perfecta para sacar mi taburete portátil ultra ligero y colocarme bajo un árbol. Apenas te caben las posaderas, pero para estar un rato preparando la comida y comer, me viene fenomenal. No será la única vez que lo use en ruta.
Después de Aigües, se pasa por un tramo muy divertido bajando por una carretera secundaria sin tráfico, hasta llegar al embalse de Amadoiro. Al principio, veo señales de que está prohibido pasar, pero al poco rato pasa un ciclista en sentido contrario que venía del embalse, así que sigo el camino sin preocupaciones. Esta parte es muy bonita, con un montón de pinos con el embalse de fondo. Paso por la presa y me dirijo a Villajoyosa.
Ya en Villajoyosa, me paro un rato a tomar unas fotos y grabar alguna secuencia de la bicicleta con un fondo espectacular de lo que creo que es la isla de Benidorm.
Un poco más adelante, llego a la Playa Torres, y oh no... ¡parece que el track que tengo me está metiendo por un tramo de playa en el que tengo que pasar un tramo de rocas que bordean el mar! En ese momento, me pregunto cómo demonios he planificado la ruta o de donde he sacado la idea de meterme por ahí. Creo estaba un poco cansado y no pensé con claridad, pero me metí por un camino de escaleras que vi cerca y que parecía que podía llegar al mismo sitio. El problema es que para sortear las escaleras, me tocó desmontar las alforjas, subir con la bici aligerada y volver a por las alforjas luego. Me agotó bastante. Cuando terminé la ruta, ya en casa, gracias a google maps, vi que había una alternativa a subir esas escaleras. Lección aprendida nº 1: Párate, saca el móvil y mira el mapa tranquilamente. Es posible que encuentres otro camino más aceptable. Resulta que el camino se llama "Sendero de la costa", y como su nombre indica, es más para senderistas, no para un tío con alforjas cargadas hasta los topes. Menos mal que la bicicleta iba con cubiertas con tacos y xino xano, voy avanzando. Lo bueno es que las vistas son geniales y compensan los esfuerzos hechos. Me sorprendo porque paso sin saberlo a cierta altura de la playa "Racó del conill", una playa que me trae buenos recuerdos de algunas veces que he ido cuando salía con la última novia que he tenido.
Finalmente llego cerca de una urbanización en la que ya se ve Benidorm de fondo, pero que aún tiene un montón de vegetación y árboles en los que pasar la noche con la suficiente privacidad. Aprovecho que no viene nadie y me meto entre los arbustos en un sitio elevado donde sea menos probable que moleste a nadie y planto la tienda. Antes de que anochezca, aprovecho para calentar agua con mi hornillo de gas y me hago un sobre de comida deshidratada para montaña del decathlon. Son unos macarrones y están muy buenos. Está genial porque en el mismo sobre de los macarrones, metes directamente el agua caliente, cierras la bolsa con el zip que tiene incluído y en 5 minutos tienes un plato que me sentó genial y sin ensuciar ningún plato u olla. Al oscurecerse, me meto en la tienda con mi saco, esterilla y almohada hinchable. Aún no tengo sueño, por lo que aprovecho para oir algunos podcasts de "Nadie sabe nada", el programa de Buenafuente y Berto que es muy gracioso, con lo que me dormí realmente contento del primer día en ruta en solitario.