Nota inicial.
Esto de hacer una crónica la verdad es que no me apetecía mucho, intenté convencer a mi compañero Trisqui para que él escribiera algo, pero también me decía que no se le daba bien y no le veía con muchas ganas. Así que como alguien debe hacerlo y le dije a Trisqui que haría lo que pudiera, pues ahí va mi relato.
Por otro lado, creo que la crónica es la salsa de este foro aunque lleve su trabajo el realizarla, sin embargo pienso que es agradecida para el que la lee como para quién la escribe. Aunque en el foro se vende (yo el primero), se compra, se dan consejos … la crónica del viaje cicloturista con sus fotos, al menos para mí es lo que más me hace disfrutar de este mundo del cicloturismo.
Agradezco a cicloturismo el Bierzo por habernos dado a conocer estas rutas y estas tierras.
DIA PRIMERO. Llegada a Ponferrada y Ruta por las Médulas.
Tomo el autobús de la compañía ALSA a las 1’35 h. de la madrugada que será el que me lleve a Ponferrada, en la estación de Zafra. Cuando la conductora abre las puertas de la bodega del autobús me dice:
- ¿Dónde va la bicicleta?
Donde usted quiera ponerla… contesto.
- No hombre, me refería a la población.
- Perdón, a Ponferrada.
El viaje nose me hace pesado, aunque apenas consigo dormir. Pasado Benavente y con las primeras luces del día veo un polígono industrial con varias naves y en una de ellas luce el rótulo “Legumbres Luengo” y se me viene a la memoria las lentejas de Pau en su viaje a Islandia.
En Ponferrada tras bajar del bus busco un rincón tranquilo donde poder armar la bici y colocar los bultos, tan ensimismado estoy que me hace levantar la cabeza una voz:
¡Buenos días!, es Trisqui que ha venido a esperarme a la estación, él ya, con traje de faena listo para hacer kilómetros.
Tras tomar un café en la estación partimos hacia el camping O Bierzo situado en la localidad de San Martín de la Abadía, al principio hay un intenso tráfico y luego tomamos una pistaasfaltada junto a un canal de riego, paralelos ambos a la nacional VI, donde disminuye la circulación.
En el camping me registro y dejo los pertrechos que no voy a utilizar para comenzar la primera de las rutas que Trisqui recorrió el día anterior. Volvemos a pasar por la pista del canal y salimos a la Nacional 536, cruzamos el río Sil que es el que nutre de agua esta rica vega que vamos atravesando. La carretera poco a poco pica hacia arriba y en Santalla del Bierzo comenzamos una subida hasta el cruce de Borrenes, donde dejando por poco tiempo la nacional nos dirijimos a la pequeña población y de aquí preguntando a un vecino nos acercamos al bar “Las Ventas” que está en la misma nacional que poco ante hemos dejado. Por 12 euros comemos de menú como si fueramos reyes, tanto el primer como el segundo plato son enormes en cantidad y buenos al paladar. Eso sí, los modos y protocolos de alto nivel quedan para eso, restaurantes de nivel.
Bien satisfechos los estómagos volvemos al tajo y mirando para el frente no veo más que sierras y más sierras, lo que quiere decir que toca subir y mucho. Atravesamos la aldea de la La Chana y en progresiva subida terminamos en el mirador de Orellán, que antes de llegar a él tiene dos rampas de campeonato que para sufrimiento nuestro y deleite por el sufrimiento ajeno de los que bajan de ver el mirador, tenemos que rebasarlas con toda la artillería que llevamos en nuestros desarrollos.
Desde el mirador contemplamos la zona conocida por Las Médulas que yo las tengo en la memoria de los libros de texto de EGB donde se estudiaban en el apartado de Ciencias Sociales (antes Geografía) y hoy día Conocimiento del Medio. Carteles explicativos para que todo el mundo se empape algo de que es lo que lo ha traído aquí, informan de la zona y las actividades que allí se realizaban ya en la Iberia pre-romana sobre todo, la obtención de oro y en definitiva de riqueza. Curioso que esa tarea no nos la hayamos quitado de encima los humanos con el paso de los siglos.
Tras alguna fotillo que registren nuestro paso por el lugar, Trisqui me mete por una pista que creo no apta ni para cabras, con unas piedra sueltas que me obligan echar pie a tierra, pero el puñetero de él se da traza y maña para llegar arriba sin bajarse y no porque lleve apoyo eléctrico solamente, sino porque sortea con gran agilidad los pedruscos que le salen al paso. Al llegar al alto paramos en el mirador De Pedrices y de otro lado miramos Las Medulas y abajo la localidad del mismo nombre a la que descendemos en veloz bajada hasta llegar a la localidad y ya en ella entro a ver desde la puerta la iglesia dedicada a San Judas Tadeo donde una parroquiana nos enumera las especialidades del mencionado Santo en cuanto arreglar entuertos se refiere.
Trisqui prefiere recortar algunos kilómetros por carretera pues su track de regreso va más por pistas, en esto tiene en consideración el viaje que he realizado desde Zafra y que he dormido más bien poco la noche anterior. Seguimos en bajada hasta Carucedo y ascendemos de nuevo a Borrenes, a partir de aquí la ruta es la misma hasta el camping con la diferencia de que bajamos lo subido anteriormente. Al final del día y a pesar del recorte final han sido 97 los Kms. recorridos
A la salida de Borrenes hacemos un cambio de bici para que yo pueda valorar la asistencia eléctrica (sin comentarios) lo malo es que Trisqui no me la quiere dejar para el resto de los días.
Ya en el camping montamos tienda y tras una merecida ducha cenamos y al saco que mañana nos espera otra ruta.
Todo preparado para la salida.
Paisaje de Las Médulas.
Mirador de Pedrices.