Este fin de semana hemos estado en Gisclareny, en el Pirineo barcelonés. Nos apuntamos a una quedada de beteteros que organizaba la tienda Terrabike, de Terrassa, para hacer un par de rutas de dificultad alta y tener la posibilidad de probar bicis de la marca Trek. Había la posibilidad de elegir hacer una de las rutas con auténticos pepinos de carbono, ese tipo de bicis que no me puedo permitir (ni quiero, ni necesito). Pero no me hacía especial ilusión. Sólo la idea de caerme en una trialera y partir un cuadro de carbono de una bici que no es mía... quita, quita... Lo que sí me hacía gracia era probar una bici con ruedas de 29", y es lo que pedí.
Mis impresiones son las siguientes: las ruedas grandes tienen vocación rodadora, son perfectas para viajes por asfalto o pistas en buen estado. Se comportan de maravilla en subidas de pendiente media: cuando rondas el 5% de pendiente, coges un ritmo y es sencillo de mantener, se sube muy bien, ahora, cuando las pendientes se acercan al 10%... entonces es cuando notas que cuesta arrastrar la bici. Yo llevaba una corona máxima de 36, y en pendientes del 10-12% me costaba más moverla que la 34 que llevaba el día anterior en mi bici. En esas subidas en las que la pendiente alta te obliga a llevar poca cadencia (porque te quedas sin desarrollo) es cuando más pesada se nota la bici. También la encontré un poco torpe por senderos estrechos en los que tienes que jugar mucho con la movilidad de la bici para ir sorteando obstáculos.
Conclusión: las ruedas de 29" son una gozada para rodas por llano o pendientes suaves, pero en pendientes fuertes o caminos complicados no termina de convencerme, razón por la que no creo que nunca me compre una bici con estas ruedas.
El caso es que fue un fin de semana estupendo y ambas rutas, duras, fueron preciosas. Para que no quede esto tan tocho, os pongo alguna fotillo.
El primer día, por el Catllaràs (lástima que la niebla nos privó de las espectaculares vistas que según dice Kim se ven desde allí):
Y el segundo, por los alrededores del mítico Pedraforca, en el Parque Natural del Cadí-Moixeró:
FIN