Es increible la cantidad de recetas que hemos aprendido durante los viajes...algunos ejemplos:
- Preparar pan fresco es fácil. Harina, levadura seca, un poco de aceite, sal y agua. Apenas se deja reposar una media hora, cubierto. Con las manos, se estira la masa para que quede finita, se espolvorea harina y a la cazuela del hornillo. En nuestro caso, con un whisperlite y el poco control del fuego, tienes que elevar un poco la olla para que no se queme. Queda buenísimo, apetece mucho más que pan rancio y se puede preparar para el próximo día. Además, tiene la gran ventaja de que no es necesario cargar con kilos de pan en travesías de muchos dias - se prepara sobre la marcha y un Kg de harina cunde mucho. Se pueden hacer adaptaciones con semillas, especias etc. Si se tiene un fuego, se enrolla la masa en un palo y listo.
- Avena para el desayuno...típico. Pero si le añades una cucharada de mantequilla de cacahuete, más la leche en polvo, y un poco de miel, queda riquísimo. Coco en polvo le da un toque también. Con fruta fresca...una pasada!
- Proteina de soja seca. Sí, suena raro y no sabe a nada. Pero no pesa, y sacía casi tanto como productos cárnicos. Lo descubrimos en Chile, donde se encuentra en cualquier herbolario o supermercado, y es muy polivalente en pastas, sopas, guisos etc. Se tiene que hidratar en agua caliente para que quede mejor...y adquiere el sabor de las especias que le pongas.