Noruega. Un viaje
en bicicleta.
Hola a todos,
Escribir lo que
se dice escribir no se mucho, mi arte de escritura se reduce apenas a hilvanar
una palabra tras otra con el afán de transmitir ideas, sensaciones y humildes
experiencias. Además escribir cuesta mucho, casi prefiero un puerto de montaña que escribir. Avisados pues, doy las gracias a los lectores por su paciencia en
el párrafo inicial por si alguno no llega al párrafo final.
El relato de todo
viaje es el relato de los viajeros, no importa que otros hayan recorrido el
mismo camino anteriormente. Su viaje habrá sido diferente. Para mí todo relato
leído u oído sugiere vivencias futuras, paisajes por ver y sensaciones por
descubrir.
En nuestro caso
la aventura Noruega tiene un referente en esta misma casa, el tramo europeo de
la vuelta al mundo de Ali y Álvaro. Su relato despertó nuestra curiosidad por
el norte del norte y alún poso debió dejar porque a principios de año cuando
empezamos a diseñar un viaje un poco especial, Noruega fue abriéndose paso en
nuestros cerebritos de ciclo-turistas.
Una vez decidido el, ¿dónde vamos? Nos quedaba por decidir el recorrido. Teníamos claro que íbamos a recorrer las islas del norte, las Vesteralen y las Lofoten, y eso nos llevó a la capital del norte noruego, Tromso. Y desde allí hacia el sur siguiendo la eurovelo 1.
Teníamos un punto de partida, necesitábamos un punto de llegada. Siguiendo el recorrido de la ruta en el mapa aparecía Bergen como un buen destino. ¡Decidido!, empezamos en Tromso y terminamos en Bergen. Claro que una segunda mirada al mapa, calculadora en mano, nos mostró la cruda realidad, el norte de Noruega está muuuuuy lejos del sur, tanto que nuestras vacaciones y probablemente nuestras piernas no nos permitirían completar tamaña distancia.
Lejos de
amilanarnos por esas pequeñeces buscamos solución con la inapreciable ayuda de
NSB, la compañía ferroviaria Noruega (la RENFE de allá, aunque aquí termina el parecido).
Y por fin teníamos proyecto: Avión BCN – Tromso con escalas en Bergen y Oslo,
bicicleta hasta Bodo (el punto más al norte donde llega el tren), embarque
ferroviario de ciclistas, equipajes y bicicletas con destino a Tronheim a unos
1.000 km hacia el sur y desde allí seguíamos pedaleando a Bergen. ¡Fácil no!,
pues si, lo hemos hecho hasta nosotros…