Bueno compañeros, aunque de este viajecito sí tengo especial interés en redactarme una crónica como Dios manda, dado que no se el tiempo que tardaré y sabedor como soy de que a este personal le gustan las fotos, os dejo en este hilo el micro reportaje de mi viaje. Advertencia, las fotos están sacadas con el móvil, ya ni cámara llevo que cada vez estoy más vago (no en hacer fotos sino en visualizarlas después).
Antes que nada, vaya mi agradecimiento a nuestros compañero Rivasgus, a través del cuál tuve noticia de este Camino y de Manuel Rossi, el artífice de la ruta y Angel de la Guarda absoluto y total mientras estuve en el Camino.
El viaje lo hice en tres días, los kilómetros es lo de menos, los días 18, 19 y 20 de abril aprovechando los días festivos que tenía de semana Santa. Fue un viaje de esos que se realizan en una ya y porque sí, sin mucha preparación o mejor dicho ninguna, era cosa de escoger día y medio de transporte hasta Madrid, alojamiento en el punto de partida, obtener la credencial (necesaria para pernoctar en los descansaderos del Camino y prueba fehaciente de que se está realizando), seguir las abundantes marcas obra de Manuel Rossi y sus colaboradores (imposible perderse) y dejarse orientar vía wassap en los momentos de duda y ayudar en los sitios de sellado y pernocta por el propio Manuel Rossi.
Vehículo, mi Nana, la plegable Dahon que ya tantas satisfacciones me ha dado, las dos alforjas traseras, bolsa de manillar y esterilla que sólo usé para sentarme a la sombra de olivos y encinas.
1er Día. 18 de abril de 2014. Madrid - Perales de Tajuña.
Como me alojo en un hotel a la otra punta de la calle Alcalá, el viernes tempranito es una gozada cruzar Madrid (toda la calle Alcalá hasta Sol) de bajada y en solitario. Es Viernes Santo, sólo bajo yo y algún escaso taxi. La propia Sol está desierta pero con algún estudiante que me hizo la foto con el Osito y un inglés en la del kilómetro cero.
Aunque en realidad la salida oficial está en la Parroquia de Santiago, a un tiro de piedra de Sol. Por la hora la parroquia está cerrada, la plaza desierta, vaya hasta el propio bar refugio de peregrinos "La Paradita de Santiago" los estaba.
Por tanto no me entretengo demasiado. La Cuesta de la Vega es una bajada de vértigo y fresquita por la hora que me lleva a un Madrid turístico en el que bastantes turistas asiásticos aguardan visitarlo pero yo paso de largo y rápidamente estoy en los carriles bici andaderos del Manzanares, Madrid Rio. Una maravilla y a estas horas ya repletos de gente corriendo, en bici, andando y además ya con un solecico que al acabar la ruta me iba a decir aquí he estado yo. La prueba:
Se rodaba tan estupendamente por estos andaderos y estaba tan maravillado en cómo estaba ese Manzanares tan feote u desangelado otrora que no hice de este punto ninguna foto. Lo siento en el alma.
En todo este tramo no hay marcas del Camino de Uclés ni del de Santiago, a Manuel Rossi se lo ponen difícil para pintarlas y no las hay, pero si uno sigue hasta el final de este gran espacio a su término ya se encuentra la primera señal y la segunda y así hasta que uno llega a la puerta del Monasterio de Uclés.
El Camino en su sentido inverso es el Camino de Santiago por lo que continuamente se ven las dos señalizaciones juntas, aunque cada una señalando en sentido opuesto.
En general en todo el Camino se rueda con facilidad. Hay algunos tramos algo complicados para mí y mi plegable pero nada del otro mundo y que rodamos con comodidad y "alegría".
Y así, tan ricamente hasta llegar a Rivas, en donde me espera Manuel Rossi para entregarme la Credencial del Peregrino que me tenía preparada con el sello inicila y todo. Lamento no tener foto con él, pero al menos, le hice una a la Nana en la plaza de la iglesia.