Mallorca. Serra de Tramuntana. Doble o nada. Crónica.

Inicio la crónica de este nuevo viaje, esta vez por la isla de Mallorca, más concretamente por la Serra de Tramuntana siguiendo básicamente la MA 10, la carretera que recorre la muralla cárstica de la isla situada al norte que yo he recorrido parcialmente en sentido oeste-este. Lo de doble o nada viene no por que me gastase los cuartos en ningún casino sino por el hecho de que al viajar de nuevo en la furgo-camper me he visto obligado a hacer el recorrido una vez en mi casa rodante y luego retrocediendo para iniciar la ruta ciclista y volver al lugar donde estaba aparcado y, normalmente, era el lugar de pernocta, con la finalidad de hacer los mínimos kilómetros en vehículo.

Descubrí este camino que me llevaba desde el mismo puerto hasta el cruce que me llevaria a Sant Elm. Al fondo el Puig del Galatzó parecía hacerme un guiño.

Un encuentro en el camino. Bon vespre tingui vostè!!

Las últimas luces del dia iluminando Tramuntana. Espectacular.

Es ya de noche cuando aparco en Estellencs, pueblecito encantador típico de la Serra de Tramuntana. Bona nit.

Bon dia! La luz de l a mañana, un buen descanso y un desayuno energético hacen que me levante decidido a afrontar el dia con ganas. Para empezar bajo por un camino asfaltado hasta la cala d´Estellencs. Algunos alemanes en calzón corto disfrutan de los rayos ultravioleta que, de forma moderada,  ofrece la jornada en esta época del año.

Habiendo ya calentado en la subida retrocedo hasta el Coll de la Gramola. Allí me cruzo con una pareja que iban con sendas Brompton, las únicas que he visto en todo el viaje. Media vuelta y vuelta hasta Estellencs. Adelanto en bajada a la pareja de las Brompton y más tarde me encuentro un autocar y una furgoneta que me obligan a ralentizar. Mientras el mastodóntico autocar negocia una de las múltiples y cerradas curvas, lanzo un grito de guerra al tiempo que engrano el máximo desarrollo a la B e imprimo la máxima fuerza a las bielas para salir disparado y adelantar al convoy de autocar+minibús. La bajada hasta Estellencs tan divertida como temeraria.

Ni un palmo en plano en la MA 10, el trazado es exigente sin ser especialmente duro, un sube-y-baja continuo pero divertido y sorprendente.

Tras la vuelta a Estellencs decido hacer una segunda noche en el mismo sitio. No tengo ganas de conducir y decido darle descanso a la Brompton esa tarde. Yo me voy a estirar las piernas y lo hago ascendiendo el gigante más occidental de la Serra de Tramuntana, el Puig de Galatzó. La tarde está nublada y le da un aire fantasmagórico al lugar.

Subo rápido, bajo con cuidado. Duermo como un bendito.   

Un divertido encuentro con estas dos "black edition" que parecían estar interesadas en el cicloturismo.