Hay una raza de conductores, de coches, que se caracterizan por su especial rabia hacia el ciclista. Hoy me he encontrado con uno de ellos.
Camino del trabajo, atasco de hora punta, los coches no se mueven por mucho que se enciendan o apaguen los semáforos. No me espero haciendo cola en el atasco. Paso entre los coches hasta que uno me bloquea el paso y lo esquivo por el lado izquierdo. Varios metros después me acerco a uno cuyo conductor me sigue con la mirada por el retrovisor. Me fijo en las ruedas, por si está girando el volante, pero no se mueve y el conductor sigue mirándome. Cuando estoy a su altura gira de un volantazo hacia mí, clavo los frenos, salto de la bici y esta se me cae hacia un lado. El tipo me pasa a toda castaña a menos de 15 cm y saltándose la línea continua se pasa al otro carril para llegar a una calle perpendicular. Lo persigo, le doy caza en menos de 100 metros y empezamos una discusión que no va ninguna parte.
Todo este rollo, además de para desahogarme, es para contar que los frenos que cambié hace cosa de un mes puede que me hayan salvado de un buen golpe. El tipejo estaba al acecho y me la quería jugar. Me he librado de un golpe no sólo porque haya sido observador, sino porque he podido frenar completamente y de modo inmediato la bici. Con mis frenos anteriores (cantilever Deore LX) no me hubiera dado tiempo a frenar completamente. Pese a que había viajado con ellos con mucha carga, haciendo largos descensos, muchos miles de kilómetros por nieve y barro, etc... un buen día probé los V-brake de la bici de mi chica y vi que me faltaba potencia en la frenada. Menos mal que lo hice y me decidí a cambiarlos. Hoy he pedido el segundo juego para eliminar todos los viejos cantilever de mis bicis.