Lázaro. Levántate y pedalea. (La crónica)

Historias que siempre que las recuerdas te arrancan una sonrisa. Pasalo bien. Espero nuevos relatos cargados de emocion como este

Vivan las cicloaventuras!!

Gracias por la interesante crónica  

Las que hagan falta . Ultimamente se hechan de menos buenas cronicas.Parece que la peña se hace mayor,o ,peor aún........... Gracias por el trabajo. 

Fabuloso Pacotaivori. He disfrutado como si me hubieses llevado en una alforja. Propongo la creación de una cuenta de PayPal para hacer donaciones y que no pares de pedalear. Ya tendrás tiempo del volver a Mallorca, como los alemanes,  cuando te jubiles....

Sigue sin funcionarme...¿alguien tiene problemas subiendo fotos o sólo me está pasando a mi?

Eso parece Oreja.. me tienen fichao. Hasta ahora podía colgar fotos sin p´roblemas con el método clásico pero desde hace unos días no hay manera...justo cuando la crónica está casi terminada. Seguiré intentándolo...

hola

El día siguiente transcurre íntegramente por asfalto. Hay mucha gente de etnia gitana caminando por la carretera con cestos de boletus y muchos coches se paran para negociar el precio. Los grandes carteles con mujeres objeto se combinan con las industrias madereras y las montañas agrestes. A lo lejos y rodeados de nubes se empiezan a apreciar los Tatras. Las subidas que semanas antes me parecían muy duras ahora las hago con bastante facilidad. El cuerpo me pide más y más kilómetros y al final del día ya he recorrido un trayecto muy largo. Mi cuentakilómetros imaginario me indica que más de cien y ya estoy en Polonia otra vez.

Me paro en un camping. Las lluvias de los últimos días y el principio de Septiembre han hecho que las instalaciones hayan cerrado. Colarse no resulta difícil. En la basura encuentro líquido para quemar y hago unas cuantas rondas por la zona en busca de leña. Las alforjas y lo pulpos me ayudan a ser un recolector eficiente.

Vuelvo a cocinar setas pero esta vez en la hoguera. Delicioso. Me tumbo, veo como las chispas se pierden en el firmamento y mi imaginación empieza a volar. Busco los planetas, recorro las galaxias y surco la vía láctea. Me sumerjo plácidamente en el misterio que hay frente a mis ojos y nado entre preguntas y sensaciones, entre lo finito y lo infinito, entre la tierra y el cielo.

Me despierto pensando que no hay mejor clase de filosofía que una noche mirando a las estrellas. En ese preciso momento ha empezado un nuevo curso y me imagino, con algo de desencanto, a los adolescentes encerrados en una clase memorizando autores.

Campos Elíseos

El día es maravilloso y aprovecho para refrescarme en el río. El asfalto vuelve a ser mi terreno durante el día. Las subidas y bajadas se suceden continuamente.

Estoy en los Tatras; son montañas puntiagudas y muy potentes…allí no puedo subir con Lázaro. Me cruzo con muchos coches y cicloturistas. El paisaje es muy bello pero no ruedo del todo tranquilo.

Esta es una de las zonas más turísticas de Polonia e intento ir por los caminos más apartados que encuentro con un éxito relativo. Me acuerdo del tour de Francia y de los campos Elíseos; ese día el pescado ya está todo vendido y los ciclistas se dedican a brindar y felicitarse los unos a los otros por sus victorias. Sin embargo a veces la confianza hace que haya caídas y siempre hay algún susto.

Mi susto es a pocos kilómetros del lago Orava, otra vez en Eslovaquia. Hay poca luz y desciendo a gran velocidad por un firme algo irregular. En el carril contrario un camión está ascendiendo a duras penas. De repente, detrás del camión aparece un coche  que invade mi carril. Tanto el coche como yo logramos rectificar a tiempo nuestra trayectoria pero el susto no me lo quita nadie. Paso la noche en un camping a la orilla del lago. El día siguiente transcurre otra vez entre bosques y montañas. Entre Eslovaquia y Polonia.

Las subidas son de gran desnivel y sobretodo una que curiosamente me lleva a un sitio que se llama el Golgota. Cerca del Golgota pongo mi tienda y paso la última noche. Vuelvo a disfrutar de las estrellas y duermo profundamente.

La mañana es resplandeciente y ya sólo me queda cruzar la última montaña antes de llegar a mi destino. Le pregunto a un mountainbikero si voy en buena dirección para ir a Brenna y me dice que sí y que él también va en esa dirección; la subida es una de las más duras que me he encontrado hasta el momento y me alegro de ello. Es el último esfuerzo y mi destino final ya está muy cerca; disfruto de cada pedalada. Poco a poco voy reconociendo los lugares por los que transito y voy recordando lo compartido y  lo aprendido.

Miro hacia atrás. Compruebo que Lázaro no ha perdido ninguna pluma y pienso que la suciedad le sienta muy bien. Llego a casa y abrazo mi familia polaca y a María.

Un nuevo viaje acaba de empezar...

Muchas gracias pacotaivori, pedazo de viaje mas chulo, y que gran crónica, me ha encantado!!!!

Muchas gracias a ti Paco por haber compartido tus estupendas crónicas que a mi, como supongo a otr@s, nos ha hecho pedalear y viajar sin salir de casa.

Gracias Oreja...ya casi ni me acordaba y lo he vuelto a revivir.