Hay una escena imaginada por un hacedor de sueños del arte cinematográfico
En el que una pelota choca contra una red de tenis y sale rebotada, girando sobre si misma, hacia el cielo…
El destino de los hombres a veces es como esa pelota que, chocando contra una parte de la red, vacila durante segundos que nos son eternos para caer sin remisión de un lado u otro de la red…
Dependiendo de donde caiga ese objeto inanimado las consecuencias pueden ser ninguna o todas… solo depende, en esos momentos, de las circunstancias…
Los milagros…
Creo en los milagros, alguno de ellos los he relatado como aquel en el que otra pelota, en ese caso de Hockey impactó en mi cara en el único punto exacto en el que lo que ocurrió comparado con lo que podía haber pasado fue…. nada.
O como aquel en el que, perdido en el vertedero de un pueblo de Castilla con nada parecido a un centro asistencial a 50Km a la redonda, la esquina de un vidrio de un cm. de grueso rasgó mi cuello sin provocar herida alguna... o porque no recordar ese milagro que se produjo este verano pasado, cuando se me partió el cuadro de la bici casi en mitad de la nada y pude continuar el viaje sin mucho más problema…
Los milagros…
Ahora se está produciendo uno, hay una pelota en el aire girando sobre ella misma… dependiendo de que lado de la red caiga podré salir o no de viaje en los próximos días y yo que creo en los milagros, ya he empezado a hacer el equipaje…
El lunes si el milagro se hace realidad anunciaré mi próximo viaje…
Y es que yo, podeis creerlo?, yo soy la suerte…