Bien, los dos primeros vagones de la Caravana de la Seda están en marcha, tras unos días transitando el Camino del Norte hacia Santiago, más que como cicloturistas, como cicloanfibios!. La generosidad y entusiasmo de Fran aceptando a una novata canija con piernas flojas como alambres en el viaje a Pekín es asombrosa. Aunque siempre he practicado otros deportes (montaña, escalada, atletismo de fondo), este primer contacto con la bici cargada me ha enseñado que en este año debo centrarme en dar pedales con las alforjas puestas a todas horas para que el recorrido sea agradable, ligero y compatible, y no se convierta en un arrastrar la bici hasta Pekín. Si alguien en Gijón necesita arena absorvente para el cajón de su gato, llevo unos cuantos kilos de eso en las alforjas permanentemente ;-) Esta misma semana me haré trazar un plan de entrenamiento ad hoc. En breve tocará curso de mecánica y en otoño de masaje deportivo.
Hemos centrado un poco la ruta procurando compatibilizar el interés de los lugares con el medio de transporte y con las posibilidades de circulación sin sorpresas con los visados y los pasos fronterizos, constatado que el cuidado de cuerpo y bicis es fundamental, afinado detalles de etapas y equipaje y probado algunos materiales (pasaremos por todas las climatologías y orografías posibles, frío, calor, desiertos, montañas, altitud...). En lluvia ya somos expertos :D
Nos quedan muchos preparativos y nos falta alguien que controle de fisioterapia y sepa un poco de chino. :wink: Animarse, que los viajes constan en realidad de tres fases: preparación, recorrido y digestión/recuerdo. No hay que perderse esta primera etapa, resulta tan preciosa e intensa como las demás!